Treponema pallidum es una bacteria que afecta a los seres humanos en todo el mundo, causando, entre otras enfermedades, la sífilis y el pian. En particular, la sífilis de transmisión sexual se considera una enfermedad infecciosa reemergente, con millones de nuevas infecciones registradas anualmente. A pesar de su importancia histórica, la evolución y el origen de la sífilis, y de otras enfermedades treponémicas, no se conocen bien. En particular, una pandemia de sífilis del siglo XV en Europa ha dado lugar a un debate sobre si la enfermedad se originó en el Nuevo Mundo o en el Viejo Mundo. Debido a que las diferentes enfermedades treponémicas dejan signos similares en los restos óseos, antes no era posible examinar definitivamente los casos de sífilis en el pasado.

En el estudio actual, los investigadores examinaron a cinco individuos cuyos restos fueron recuperados del antiguo Convento de Santa Isabel, un sitio histórico ubicado en el centro de la Ciudad de México utilizado por monjas de la Orden Franciscana desde 1681 hasta 1861. Los restos se seleccionaron en función de las características del esqueleto que sugerían una enfermedad treponémica. Tres de los individuos dieron positivo al ADN treponémico. Al igual que el 90% de los individuos del cementerio, los tres eran bebés, uno de ellos probablemente prematuro. Todos fueron enterrados en la época colonial, hace unos 350 años.

Los primeros genomas antiguos de la sífilis reconstruidos

Se recuperaron genomas completos de T. pallidum de los tres individuos, y los investigadores pudieron determinar que dos de ellos eran portadores de la subespecie T. pallidum ssp. pallidum (que causa la sífilis) y uno de T. pallidum ssp. pertenue (que causa el pian). La distinción entre el pian y la sífilis no era discernible sólo a partir de las pruebas morfológicas. Los hallazgos de los investigadores muestran que ambas subespecies reconstruidas de T. pallidum pueden presentar síntomas similares pero pueden diferenciarse genéticamente en muestras antiguas. «Nuestro trabajo demuestra el valor de la identificación molecular de patógenos antiguos, en particular aplicada a las enfermedades treponémicas en las que las respuestas esqueléticas a las distintas subespecies patógenas suelen ser compartidas, lo que desafía el desarrollo de un diagnóstico seguro a través de la observación osteológica», explica Verena Schuenemann, de la Universidad de Zúrich, primera autora del trabajo.

¿Los orígenes de la sífilis?

La investigación comienza a arrojar luz sobre la historia evolutiva de la enfermedad. Algunos investigadores han planteado la hipótesis de que la sífilis fue una enfermedad del Nuevo Mundo que se introdujo en Europa durante la época colonial. Otros sugieren que ya estaba extendida en las poblaciones humanas antes de la pandemia del siglo XV. Los hallazgos actuales complican las hipótesis. «Las investigaciones anteriores que descubrieron la presencia de T. pallidum ssp. pertenue en los monos del viejo mundo, y nuestro hallazgo de que dos subespecies de T. pallidum probablemente causaron manifestaciones esqueléticas similares en el pasado, pueden sugerir una historia evolutiva de T. pallidum de lo que se suponía hasta ahora», afirma Alexander Herbig, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia de la Humanidad y coautor correspondiente.

Esta primera reconstrucción de los genomas de T. pallidum a partir de material arqueológico abre la posibilidad de estudiar su historia evolutiva a una resolución que antes se suponía inalcanzable. «La investigación adicional de otras muestras antiguas de todo el mundo ayudará a perfeccionar nuestra comprensión de esta enfermedad», señala Johannes Krause, también del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y coautor correspondiente.

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