10 maneras de defenderte

Defenderte puede ser difícil. Ya sea en el contexto de los negocios, o en las interacciones sociales, una persona necesita estar segura de que está hablando en su propio nombre.

Tienes que conseguir que tu voz, tus pensamientos y tus emociones sean entendidos por quienes te rodean. Aquí tienes 10 consejos para defenderte en cualquier situación:

  1. ¿Qué significa para ti?
    1. Antes de embarcarte en un viaje para mejorar tu capacidad de decir «no» (o quizás «sí», en algunos casos), es importante entender qué significa para ti la autoafirmación. ¿Por qué crees que no eres lo suficientemente asertivo?

      ¿Hay ciertos contextos en los que te encuentras incapaz de hacer valer tu opinión? ¿En qué aspectos desearías ser más asertivo? ¿Hay personas que conozcas que muestren una naturaleza autoafirmativa que admires? Todas estas son preguntas que debes hacerte para empezar a encontrar formas de defenderte. Si te vuelves hacia dentro y reflexionas sobre lo que te falta, podrás comprometerte con las mejores estrategias para tu situación personal.

      1. La práctica hace la perfección
      2. Si acabas de empezar tu camino hacia la asertividad, tienes que recordar que se necesita tiempo para entrar en calor. Al igual que con cualquier habilidad en la vida, la práctica hará que se fortalezca tu capacidad para defenderte. Trata de poner en práctica tu naturaleza asertiva en pequeños momentos, y luego ve aumentando los encuentros que puedan requerir más esfuerzo. Al igual que el entrenamiento en el gimnasio, podemos fortalecer nuestra naturaleza asertiva a través del uso repetido.

        1. Escoge el lugar y el momento
        2. Es importante que te prepares para el éxito escogiendo el momento y el lugar adecuados para un encuentro. Considere cuidadosamente dónde y cuándo se producen las interacciones. Arregla un encuentro para que ocurra cuando te sientas cómodo, y donde.

          Si no eres una persona matutina, trata de hacer el contacto más tarde en el día. Si hay un lugar en el que te sientes más a gusto, intenta entablar el asunto en ese lugar.

          No tienes que atrapar todas las pelotas

          Tienes una vida muy ocupada. Probablemente quieras ser útil a los que te rodean, ya que puedes necesitar su ayuda a cambio. Según Rusty Mann, director general de Instructor Music, recuerda que no tienes que ocuparte de todos los problemas, en todo momento. Cuando alguien viene a pedirte ayuda o intenta involucrarte en un proyecto, no significa que estés obligado a ayudar. Se te permite dejar pasar algunas oportunidades.

          1. Hazlo físico
            1. Esto no significa entrar en altercados físicos con otras personas. Significa que debes ser consciente de tu lenguaje corporal, que puede ser tan poderoso como la comunicación verbal. ¿Tiene los hombros encorvados? ¿Te encuentras cara a cara con una persona o estás inclinado? ¿Cómo es tu contacto visual? Los elementos físicos de una conversación son fundamentales a la hora de defenderse.

              1. Esto no es un ensayo general

              La estrategia de «la práctica hace la perfección» ya fue tratada, pero la idea del ensayo merece ser mencionada como un consejo aparte. Además de trabajar su naturaleza asertiva a través de la práctica, asegúrese de prepararse para el éxito ensayando un momento importante antes de que ocurra.

              Esto no significa que deba ser obsesivo, pero sí que debe pensar en cómo le gustaría que se desarrollara un encuentro. A veces, es posible que sólo quieras repasar el encuentro en tu mente, mientras que otras veces puedes incluso practicar diciendo tus «líneas» en voz alta, en privado.

              1. Hazlo verbal
                1. Así como necesitas usar la fisicalidad en tu autoafirmación, también debes manejar cuidadosamente tu respuesta verbal. Nuestra voz y nuestras palabras son nuestras herramientas más poderosas para enfrentarnos a otras personas. Puedes ampliar la estrategia de ensayo a una cuidadosa planificación de tus palabras, seguida de la toma de conciencia durante el encuentro y la reflexión posterior.

                  Ya sea al hablar con tus hijos sobre el divorcio o al despedir a un empleado, ¿estás utilizando un lenguaje positivo o negativo? ¿Utiliza patrones de habla pasivos o adopta una sintaxis más activa? ¿Cómo es tu forma de hablar y tu tono de voz? Recuerda, es lo que decimos y cómo lo decimos.

                  1. Entrena a la gente para que te trate bien
                    1. Todos los días interactuamos con la gente. Una forma de defenderte es hacer saber a la gente cómo quieres que te traten. Esto no significa decírselo explícitamente. Significa ser consciente de cómo tus acciones, palabras y decisiones externas aparecen ante los demás.

                      ¿Cómo tu comportamiento prepara a la gente para acercarse a ti después? Si permitimos que se aprovechen de nosotros una vez, puede ser una pista para otros individuos de que pueden usarte y abusar de ti en el futuro. Comienza esta estrategia siendo consciente de tus comportamientos durante las interacciones, y reflexionando sobre ellos más tarde.

                      1. No tienes que disculparte
                        1. En los momentos en los que nos defendemos, a menudo sentimos la necesidad de poner excusas o pedir disculpas a la otra parte. Haz que tu forma de ser asertiva sea más poderosa recordando que puedes decir «no», o «sí», a la gente sin ofrecer una razón o excusa.

                          A veces todo lo que alguien necesita es una simple respuesta. Si sientes que alguien te está dejando tiempo para explicar por qué le ayudarás o no con su petición, simplemente da unos momentos de silencio. Lo más probable es que terminen la conversación así de simple, o -incluso mejor- que giren la conversación en una dirección menos conflictiva.

                          1. Ve el otro lado
                          2. A menudo miramos hacia dentro, hacia nosotros mismos, cuando intentamos enfrentarnos a otra persona. Una forma poderosa de mostrar tu autoconfianza es ser consciente también de la otra persona.

                            Considera su perspectiva, sus motivos, sus necesidades y sus deseos. Por qué están en la situación en la que se encuentran y cómo afecta y colorea eso tus encuentros con ellos? Toda historia tiene dos caras. Asegúrate de pensar en ambas.

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