Aquí tienes algunos alimentos que debes incluir en tu dieta para un hígado sano:
Café para reducir las enzimas hepáticas anormales
Los estudios han demostrado que los bebedores de café con enfermedad de hígado graso tienen menos daños en el hígado que los que no toman esta bebida con cafeína. La cafeína parece reducir la cantidad de enzimas hepáticas anormales de las personas con riesgo de padecer enfermedades hepáticas.
Verduras para prevenir la acumulación de grasa
Se ha demostrado que el brócoli ayuda a prevenir la acumulación de grasa en el hígado en ratones. Comer más verduras, como espinacas, coles de Bruselas y col rizada, también puede ayudar a la pérdida de peso en general. Pruebe la receta de chile vegetariano de la Fundación Canadiense del Hígado, que le permite reducir las calorías sin sacrificar el sabor.
Tofú para reducir la acumulación de grasa
Un estudio de la Universidad de Illinois en ratas descubrió que la proteína de soja, contenida en alimentos como el tofu, puede reducir la acumulación de grasa en el hígado. Además, el tofu es bajo en grasa y alto en proteínas.
Pescado para la inflamación y los niveles de grasa
Peces grasos como el salmón, las sardinas, el atún y la trucha tienen un alto contenido en ácidos grasos omega-3. Los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a mejorar los niveles de grasa del hígado y a bajar la inflamación. Prueba esta receta de halibut teriyaki, recomendada por la Fundación Canadiense del Hígado, que es especialmente baja en grasa.
Avena para la energía
Los carbohidratos de los cereales integrales como la avena dan energía a tu cuerpo. Su contenido en fibra también te llena, lo que puede ayudarte a mantener tu peso.
Nueces para mejorar el hígado
Estos frutos secos tienen un alto contenido en ácidos grasos omega-3. La investigación encuentra que las personas con enfermedad de hígado graso que comen nueces han mejorado las pruebas de función hepática.
Avocado para ayudar a proteger el hígado
Los aguacates tienen un alto contenido en grasas saludables, y la investigación sugiere que contienen sustancias químicas que podrían frenar el daño hepático. También son ricos en fibra, lo que puede ayudar a controlar el peso. Prueba esta refrescante ensalada de aguacate y champiñones de Fatty Liver Diet Review.
Leche y otros lácteos bajos en grasa para proteger del daño
Los lácteos tienen un alto contenido en proteína de suero de leche, que podría proteger al hígado de un mayor daño, según un estudio realizado en 2011 en ratas.
Semillas de girasol para los antioxidantes
Estas semillas con sabor a nuez tienen un alto contenido en vitamina E, un antioxidante que puede proteger el hígado de más daños.
Aceite de oliva para controlar el peso
Este saludable aceite tiene un alto contenido en ácidos grasos omega-3. Es más saludable para cocinar que la margarina, la mantequilla o la manteca. Las investigaciones han demostrado que el aceite de oliva ayuda a reducir los niveles de enzimas hepáticas y a controlar el peso. Pruebe esta versión de un plato mexicano tradicional que no daña el hígado, de LiverSupport.com.
Ajo para ayudar a reducir el peso corporal
Esta hierba no sólo añade sabor a la comida, sino que los estudios experimentales también muestran que los suplementos de ajo en polvo pueden ayudar a reducir el peso corporal y la grasa en personas con enfermedad de hígado graso.
Té verde para una menor absorción de grasa
Los datos apoyan que el té verde puede ayudar a interferir con la absorción de grasa, pero los resultados aún no son concluyentes. Los investigadores están estudiando si el té verde puede reducir el almacenamiento de grasa en el hígado y mejorar la función hepática. Pero el té verde también tiene muchos beneficios, desde reducir el colesterol hasta ayudar a conciliar el sueño.
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