15 banderas rojas del comportamiento pasivo-agresivo en el trabajo

Fuente: wavebreakmedia/

Desde susurrar chismes en el refrigerador de agua hasta evadir el contacto personal por medio del correo electrónico, el lugar de trabajo actual ofrece innumerables oportunidades para el comportamiento pasivo-agresivo. La agresión pasiva es una forma deliberada y enmascarada de expresar la ira oculta (Long, Long, & Whitson, 2009). El empleado pasivo-agresivo utiliza una variedad de comportamientos para vengarse de los demás, sin que sus compañeros se den cuenta de su enfado.

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El desafío complaciente a las normas del lugar de trabajo mezclado con la cooperación hostil entre los trabajadores da lugar a un ambiente de oficina desagradable en el mejor de los casos, y a un absoluto sabotaje de la productividad en el peor. En este post, identificaré las banderas rojas más comunes del comportamiento pasivo-agresivo en el lugar de trabajo y sugeriré ocho razones por las que la ira oculta es el crimen perfecto en la oficina.

15 banderas rojas del comportamiento pasivo-agresivo en el lugar de trabajo:

El empleado pasivo-agresivo perturba de forma encubierta la moral de la oficina y la productividad corporativa al crónicamente:

  1. Evitar la responsabilidad de las tareas.
  2. Haciendo menos cuando se le pide más.
  3. Incumpliendo los plazos.
  4. Omitiendo información importante.
  5. Pasando por encima de un jefe para hacerle parecer incompetente o insensible.
  6. Dejando notas o utilizando el correo electrónico para evitar la confrontación cara a cara.
  7. Ignorando las notas o correos electrónicos dejados por otros.
  8. Quejarse de las políticas y procedimientos de la oficina.
  9. Llegar tarde.
  10. Alargando su descanso para comer.
  11. Usar los días de enfermedad innecesariamente.
  12. Olvidar o «extraviar» documentos importantes.
  13. Resistirse a las sugerencias de cambio o mejora.
  14. Procrastinar.
  15. Insultar a los compañeros de trabajo en entornos públicos, como reuniones o durante presentaciones.

Algunos han comparado el hecho de enfrentarse a los comportamientos de un empleado pasivo-agresivo con clavar gelatina en una pared, ya que el individuo pasivo-agresivo tiene, de forma fiable, explicaciones plausibles para justificar cualquiera (y todos) los comportamientos de la lista.

8 rasgos que hacen de la oficina un lugar perfecto para el comportamiento pasivo-agresivo

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1. La gente pasa mucho tiempo allí.

Aparte del hogar -donde la mayoría de la gente pasa entre seis y 10 horas de su tiempo, sobre todo durmiendo-, muchos adultos pasan más tiempo en el trabajo que en cualquier otro lugar. Ya sea situacional o crónico, el comportamiento pasivo-agresivo es probable que aparezca dondequiera que una persona pase una gran cantidad de tiempo.

2. Las relaciones tienden a formarse dondequiera que una persona pase una gran cantidad de tiempo.

Ya sea en el curso de los negocios o en almuerzos amistosos, las relaciones duraderas se desarrollan en la mayoría de los lugares de trabajo. Y dentro de las relaciones, pueden producirse agresiones pasivas.

3. El ambiente profesional de la mayoría de los lugares de trabajo hace que la expresión emocional sea inaceptable.

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Sin embargo, incluso en un entorno empresarial formal, las emociones se agitan por cualquier número de cosas: la carga de trabajo, «la gran cosa», los ascensos, el respeto y otras cuestiones muy personales que afectan a la autoestima de un individuo. Estas emociones sentidas y personales necesitan una salida.

4. La jerarquía de la mayoría de las culturas laborales hace que la expresión directa de la ira parezca una insubordinación.

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Un empleado puede sentir que su jefe le ha despreciado. Pero en la mayoría de los lugares de trabajo, una persona no tiene la libertad de decirle al jefe lo que realmente siente sin poner en riesgo su carrera. También es cierto que un jefe, frustrado por la calidad del trabajo de un empleado, violaría las políticas escritas y no escritas al dar a ese empleado un feedback completamente sincero. En el lugar de trabajo, los empleados deben elegir sus palabras con sumo cuidado, por lo que es un entorno ideal para la agresión pasiva.

5. La jerarquía en el lugar de trabajo puede parecerse a un entorno familiar disfuncional.

Para un niño cuyo cuidador principal era todopoderoso y no le daba ningún recurso para la expresión directa de su ira, un lugar de trabajo jerárquico puede activar su plantilla para percibir a las figuras de autoridad como hostiles. Independientemente de la exactitud de la percepción, el empleado pasivo-agresivo tenderá a responder como si cualquier figura de autoridad en el lugar de trabajo fuera el adulto abusivo de su infancia.

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6. La gran dependencia de la comunicación electrónica proporciona una cobertura ideal para los intercambios pasivo-agresivos entre compañeros de trabajo.

La comunicación electrónica ha alterado por completo la forma en que los empresarios interactúan -y las formas en que transmiten el significado. Cuando es posible establecer y mantener grandes tratos, decisiones importantes y relaciones laborales importantes sin el tradicional contacto personal, se gana en efficiencia, pero los mensajes importantes pueden perderse -o esconderse-.

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7. La dinámica de trabajo en equipo común en muchos lugares de trabajo puede ser un gran escenario para el obstruccionismo y la pérdida de responsabilidad.

Las acciones encubiertas de un miembro del equipo, pasivo-agresivo, pueden detener todo el espectáculo y sabotear proyectos enteros con la suficiente sutileza como para que su responsabilidad no sea fácilmente evidente o tenazmente justificable.

8. A menudo es difícil despedir a los empleados.

Las políticas de recursos humanos, diseñadas con las mejores intenciones -proteger a los trabajadores- pueden hacer que sea especialmente difícil despedir a un empleado pasivo-agresivo. Imagine al trabajador intencionadamente ineficaz que cumple con todos los estándares mínimos. Si se le confronta, presenta una buena batalla inspirada en la víctima. Afirma que al jefe simplemente no le gusta y que está acosando su rendimiento completamente aceptable. Imagina al supervisor descontento que se empeña en pasar por encima de su jefe mientras éste está de viaje de negocios, o al compañero de trabajo rencoroso que «accidentalmente» degrada a una colega en la línea cc de un memorándum como forma de despreciarla públicamente. El empleado pasivo-agresivo siempre está armado con una explicación plausible para tales comportamientos y es experto en ponerse en el papel de víctima ante cualquier acusador enfadado.

¿Alguno de estos componentes pasivo-agresivos caracteriza su entorno de trabajo? ¿Cómo afecta el comportamiento pasivo-agresivo en su oficina a su capacidad para realizar tareas y alcanzar objetivos? ¿Qué efecto tiene la agresión pasiva en la moral del personal?

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