Alexander Graham Bell

¿Quién era Alexander Graham Bell?

Alexander Graham Bell fue un científico e inventor de origen escocés conocido por inventar el primer teléfono funcional en 1876 y fundar la Bell Telephone Company en 1877.

El éxito de Bell se debió a sus experimentos con el sonido y a su interés por ayudar a los sordos a comunicarse. Bell trabajó con Thomas Watson en el teléfono, aunque su prodigioso intelecto le permitiría trabajar en otros numerosos inventos, incluyendo máquinas voladoras e hidroplanos.

Vida temprana y familia

Bell nació en Edimburgo, Escocia, el 3 de marzo de 1847. Segundo hijo de Alexander Melville Bell y Eliza Grace Symonds Bell, recibió el nombre de su abuelo paterno. El segundo nombre «Graham» fue añadido cuando tenía 10 años.

Tuvo dos hermanos, Melville James Bell y Edward Charles Bell, ambos fallecidos por tuberculosis.

Durante su juventud, Bell estuvo muy influenciado por su familia y su entorno. La ciudad natal de Bell, Edimburgo, Escocia, era conocida como la «Atenas del Norte» por su rica cultura artística y científica.

Su abuelo y su padre eran expertos en la mecánica de la voz y la elocución. Y la madre de Bell, Eliza, se convirtió en una consumada pianista a pesar de ser sorda, lo que le inspiró a emprender grandes retos.

Eliza educó a su hijo en casa y le inculcó una infinita curiosidad por el mundo que le rodeaba. Recibió un año de educación formal en una escuela privada y dos años en la aclamada Royal High School de Edimburgo.

Aunque era un estudiante mediocre, Bell mostraba una capacidad poco común para resolver problemas. A los 12 años, mientras jugaba con un amigo en un molino de grano, se dio cuenta de la lentitud del proceso de descascarillado del grano de trigo. Volvió a casa y construyó un dispositivo con palas giratorias y cepillos de uñas que eliminaba fácilmente las cáscaras del grano.

Carrera temprana

El joven Alexander fue preparado desde muy joven para seguir en el negocio familiar, pero su carácter obstinado chocaba con el carácter autoritario de su padre. Buscando una salida, Alexander se ofreció para cuidar a su abuelo cuando éste cayó enfermo en 1862.

El anciano Bell animó al joven Alexander y le inculcó el aprecio por el aprendizaje y las actividades intelectuales. A los 16 años, Alexander se había unido a su padre en su trabajo con los sordos y pronto asumió el mando completo de las operaciones de su padre en Londres.

En uno de sus viajes a Norteamérica, el padre de Alexander decidió que era un entorno más saludable y decidió trasladar a la familia allí. Al principio, Alexander se resistió, ya que se estaba estableciendo en Londres. Finalmente cedió después de que sus dos hermanos murieran de tuberculosis.

En 1870, la familia se estableció en Brantford, Ontario, Canadá. Allí, Alexander montó un taller para continuar su estudio de la voz humana.

El 11 de julio de 1877, Bell se casó con Mable Hubbard, una antigua alumna e hija de Gardiner Hubbard, uno de sus primeros patrocinadores financieros. Mable era sorda desde su primera infancia.

Invenciones de Alexander Graham Bell

Se atribuye a Bell la invención del teléfono; en total, fue titular de 18 patentes a título personal y de otras 12 que compartió con colaboradores.

Teléfono

El 10 de marzo de 1876, tras años de trabajo, Bell perfeccionó su invento más conocido, el teléfono, y realizó su primera llamada telefónica.

Antes de eso, Bell en 1871 comenzó a trabajar en un dispositivo conocido como telégrafo múltiple o armónico (una transmisión telegráfica de varios mensajes ajustados a diferentes frecuencias) al mudarse a Boston. Encontró apoyo financiero a través de los inversores locales Thomas Sanders y Gardiner Hubbard.

Entre 1873 y 1874, Bell pasó largos días y noches intentando perfeccionar el telégrafo armónico. Pero durante sus experimentos, se interesó por otra idea, la transmisión de la voz humana a través de los cables.

La distracción de Bell frustró a sus benefactores, y Thomas Watson, un experto electricista, fue contratado para volver a centrar a Bell en el telégrafo armónico. Pero Watson no tardó en enamorarse de la idea de Bell sobre la transmisión de voz y ambos crearon una gran asociación en la que Bell era el hombre de las ideas y Watson tenía la experiencia para llevar las ideas de Bell a la realidad.

‘Sr. Watson, venga aquí, quiero verle’

A lo largo de 1874 y 1875, Bell y Watson trabajaron tanto en el telégrafo armónico como en un dispositivo de transmisión de voz. Aunque al principio se sintieron frustrados por el desvío, los inversores de Bell pronto vieron el valor de la transmisión de voz y registraron una patente sobre la idea.

Por ahora el concepto estaba protegido, pero el dispositivo aún tenía que ser desarrollado. En 1876, Bell y Watson tuvieron finalmente éxito.

La leyenda dice que Bell volcó un recipiente de líquido transmisor y gritó: «Señor Watson, venga aquí: quiero verle». La explicación más probable es que Bell escuchó un ruido a través del cable y llamó a Watson. En cualquier caso, Watson escuchó la voz de Bell a través del cable y así, recibió la primera llamada telefónica.

Con este éxito, Bell comenzó a promocionar el teléfono en una serie de demostraciones públicas. En la Exposición del Centenario de 1876 en Filadelfia, Bell hizo una demostración del teléfono ante el emperador de Brasil, Dom Pedro, que exclamó: «¡Dios mío, habla!». Siguieron otras demostraciones, cada una a mayor distancia que la anterior.

La Bell Telephone Company se organizó el 9 de julio de 1877. En enero de 1915, Bell fue invitado a realizar la primera llamada telefónica transcontinental. Desde Nueva York, habló con su antiguo socio Watson en San Francisco.

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Otros inventos

Según todos los indicios, Bell no era un hábil hombre de negocios y hacia 1880 empezó a dejar los asuntos comerciales en manos de Hubbard y otros para poder dedicarse a una amplia gama de inventos y actividades intelectuales.

En 1880, Bell estableció el Laboratorio Volta en Washington, D.C., una instalación experimental dedicada a los descubrimientos científicos.

Más adelante en su vida, Bell se fascinó con el vuelo y comenzó a explorar las posibilidades de las máquinas y dispositivos voladores, comenzando con la cometa tetraédrica en la década de 1890.

En 1907, Bell formó la Aerial Experiment Association (Asociación de Experimentos Aéreos) con Glenn Curtiss y varios otros asociados. El grupo desarrolló varias máquinas voladoras, incluyendo el Silver Dart.

El Silver Dart fue el primer avión con motor que voló en Canadá. Más tarde, Bell trabajó en hidroplanos y estableció un récord mundial de velocidad para este tipo de embarcaciones.

Desafíos legales

Después de su boda en 1877, Alexander y Mable viajaron a Europa demostrando el teléfono. A su regreso a Estados Unidos, Bell fue convocado a Washington D.C. para defender su patente telefónica de las demandas.

Otros afirmaban que habían inventado el teléfono o que habían concebido la idea antes que Bell. Durante los siguientes 18 años, la compañía Bell se enfrentó a más de 550 impugnaciones judiciales, incluidas varias que llegaron al Tribunal Supremo, pero ninguna tuvo éxito.

Incluso durante las batallas de patentes, la empresa creció. Entre 1877 y 1886, más de 150.000 personas en Estados Unidos tenían teléfonos.

Se introdujeron mejoras en el aparato, como la incorporación de un micrófono, inventado por Thomas Edison, que eliminaba la necesidad de gritar al teléfono para ser escuchado.

Vida posterior

A lo largo de su vida, Bell continuó el trabajo de su familia con los sordos, estableciendo la Asociación Americana para Promover la Enseñanza del Habla a los Sordos en 1890.

Ocho años después, Bell asumió la presidencia de un pequeño y poco conocido grupo científico estadounidense, la National Geographic Society, y ayudó a convertir su revista en una de las publicaciones más queridas del mundo. Bell es también uno de los fundadores de la revista Science.

Bell murió en paz el 2 de agosto de 1922, en su casa de Baddeck, en la isla de Cabo Bretón, Nueva Escocia, Canadá. Poco después de su muerte, todo el sistema telefónico se apagó durante un minuto en homenaje a su genio.

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