El diseñador de moda Alexander McQueen, que estaba luchando contra la depresión y la muerte de su madre, se ahorcó a principios de este año después de tomar cocaína, pastillas para dormir y tranquilizantes, según se ha escuchado hoy en una investigación.
El Dr. Paul Knapman, forense de Westminster, declaró que el veredicto era de suicidio: «Es una pena para un hombre que, a partir de un modesto comienzo, ascendió a la cima de su profesión sólo para morir en tal tragedia».
Knapman concluyó que el diseñador de 40 años, cuyo nombre completo era Lee Alexander McQueen, «se suicidó mientras el equilibrio de su mente estaba perturbado».
En la investigación se dijo que el cuerpo de McQueen fue encontrado colgado en su piso del centro de Londres el 11 de febrero, un día antes del funeral de su madre, Joyce.
El psiquiatra del diseñador dijo que padecía una mezcla de ansiedad y trastorno depresivo desde hacía al menos tres años y que había tomado dos veces sobredosis de drogas como «gritos de ayuda».
El doctor Stephen Pereira, que organizó que McQueen fuera visto por un psicólogo consultor, añadió que la carga de trabajo del diseñador tenía un efecto directo en su estado mental.
«Ciertamente se sentía muy presionado por su trabajo, pero era un arma de doble filo», dijo Pereira. «Sentía que era el único ámbito de su vida en el que sentía que había conseguido algo. Por lo general, después de un espectáculo sentía un enorme bajón. Se sentía aislado, le daba un bajón enorme»
Pereira continuó sugiriendo que la muerte de la madre de McQueen tuvo consecuencias devastadoras para su paciente.
«Era una persona muy reservada. Durante un tiempo había sido defraudado por varios amigos que sentía que se aprovechaban de quien era. Por eso era muy reservado.
«Había sido terriblemente defraudado en relaciones cercanas de larga duración. Estaba muy unido a su madre. Creo que además del dolor que sentía, había un vínculo que había desaparecido de su vida y había muy poco por lo que vivir».
Pereira dijo que McQueen había faltado repetidamente a las sesiones psiquiátricas, y añadió que había habido «enormes dificultades para conseguir que acudiera personalmente, físicamente, a las citas».
Un informe toxicológico determinó que el diseñador había tomado una cantidad «sustancial» de cocaína y pastillas para dormir y también una cantidad menor de tranquilizantes antes de suicidarse.
La autopsia determinó que las causas de la muerte fueron la asfixia y el ahorcamiento.
El tribunal de instrucción escuchó que su ama de llaves, César García, descubrió el cuerpo después de presentarse a trabajar en el piso del diseñador en Mayfair y encontrar la puerta principal encadenada por dentro.
García entró por el lavadero y se dio cuenta de que los perros del diseñador estaban gimiendo y que el dormitorio principal estaba un poco desordenado. Descubrió el cuerpo de McQueen en el segundo dormitorio, donde una vela encendida seguía ardiendo en el suelo.
Se llamó a una ambulancia, pero el paramédico, que observó que había comenzado el rigor mortis, decidió que no había posibilidad de reanimación.
Los agentes de policía que examinaron el dormitorio encontraron un ejemplar de un libro titulado The Descent of Man, del artista Wolfe von Lenkiewicz.
Más tarde descubrieron que en el reverso del libro había una nota garabateada.
Parte del mensaje, que fue leído ante el tribunal, decía: «Por favor, cuida de mis perros. Lo siento, te quiero. Lee. PS Entiérrame en la iglesia»
La familia de McQueen pidió a los medios de comunicación que respetaran su privacidad, pero emitió un comunicado en el que le rendía homenaje.
«Lee era una figura pública y un genio creativo, que poseía una naturaleza generosa y cariñosa», decía. «Aquellos que tuvieron el privilegio de conocer a Lee guardarán sus recuerdos de él durante toda su vida.
«Lee era también un hermano y un hijo muy querido y le echamos mucho de menos. Seguiremos haciendo todo lo posible para mantener vivo su recuerdo»
El mundo de la moda también le rindió homenaje. Alexandra Shulman, la editora del Vogue británico, calificó a McQueen de «genio moderno», mientras que Dame Vivienne Westwood dijo estar «increíblemente apenada».
También era muy amigo de la modelo Kate Moss, quien dijo estar «conmocionada y devastada» por su muerte.
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