Horatio Nelson ©Nelson fue un comandante naval británico y héroe nacional, famoso por sus victorias navales contra los franceses durante las guerras napoleónicas.
Nacido el 29 de septiembre de 1758 en Burnham Thorpe, Norfolk, Horatio Nelson era el sexto de los 11 hijos de un clérigo. Se alistó en la marina a los 12 años, en un barco comandado por un tío materno. A los 20 años se convirtió en capitán y prestó servicio en las Indias Occidentales, el Báltico y Canadá. Se casó con Frances Nisbet en 1787 en Nieves, y regresó a Inglaterra con su novia para pasar los siguientes cinco años con media paga, frustrado por la falta de un mando.
Cuando Gran Bretaña entró en las Guerras Revolucionarias Francesas en 1793, Nelson recibió el mando del Agamemnon. Sirvió en el Mediterráneo, ayudó a capturar Córcega y vio la batalla en Calvi (donde perdió la vista en su ojo derecho). Más tarde perdería su brazo derecho en la Batalla de Santa Cruz de Tenerife en 1797.
Como comandante era conocido por sus acciones audaces, y por el desprecio ocasional de las órdenes de sus superiores. Este desafío le proporcionó victorias contra los españoles frente al Cabo Vicente en 1797, y en la Batalla de Copenhague cuatro años más tarde, donde ignoró las órdenes de cesar la acción poniendo su telescopio en su ojo ciego y afirmando que no podía ver la señal de retirada.
En la Batalla del Nilo en 1798, destruyó con éxito la flota de Napoleón y, por tanto, su apuesta por una ruta comercial directa a la India. El siguiente destino de Nelson le llevó a Nápoles, donde se enamoró de Emma, Lady Hamilton. Aunque permanecieron en sus respectivos matrimonios, Nelson y Emma Hamilton se consideraron almas gemelas y tuvieron una hija juntos, Horatia, en 1801. Ese mismo año, Nelson fue ascendido a vicealmirante.
Durante el periodo de 1794 a 1805, bajo el liderazgo de Nelson, la Royal Navy demostró su supremacía sobre los franceses. Su combate más famoso, en el Cabo de Trafalgar, salvó a Gran Bretaña de la amenaza de invasión de Napoleón, pero sería el último. Antes de la batalla, el 21 de octubre de 1805, Nelson envió la famosa señal a su flota: «Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su deber». Un francotirador francés lo mató unas horas más tarde mientras dirigía el ataque a la flota combinada francesa y española. Su cuerpo fue conservado en brandy y transportado de vuelta a Inglaterra, donde se le dio un funeral de Estado.