Aneurisma de aorta torácica

Síntomas

Es fundamental que notifique a su médico inmediatamente si experimenta cualquier síntoma de AAT. Si no se trata, un AAT puede provocar una ruptura mortal o daños en los órganos. Se trata de una situación que pone en peligro la vida y debe buscar atención médica inmediatamente.

La mayoría de los aneurismas aórticos no presentan síntomas y se diagnostican en una radiografía o tomografía computarizada (TC) realizada para evaluar otra afección. Los síntomas pueden aparecer si el aneurisma presiona los órganos o tejidos cercanos.

Si tiene síntomas, éstos dependerán de la ubicación del aneurisma y de su tamaño. Los síntomas de un AAT pueden parecerse a los de un ataque al corazón. Los posibles síntomas pueden incluir:

  • Dolor en la mandíbula, en el cuello y en la parte superior de la espalda
  • Dolor en el pecho o en la espalda
  • Tos, ronquera o dificultad para respirar
  • Si el aneurisma provoca una disección, probablemente se producirá un fuerte dolor desgarrador en el pecho o en la espalda, derrame cerebral, extremidades frías o entumecidas o dolor abdominal
  • Causas y factores de riesgo

    No se sabe por qué se producen los aneurismas aórticos, aunque los investigadores comprenden algunos de los factores que contribuyen a su desarrollo. Hay un componente genético en muchos aneurismas; los familiares de personas con aneurismas tienen un mayor riesgo de desarrollar uno. Independientemente del factor desencadenante, el resultado es la destrucción de la pared aórtica, lo que debilita la pared y da lugar al abombamiento del aneurisma.

    Los factores que pueden aumentar el riesgo de formación de aneurismas son:

    • Fumar
    • Presión arterial alta
    • Antecedentes familiares de aneurismas
    • Envejecimiento: El riesgo de desarrollar un AAT aumenta a medida que se envejece
    • El AAT es más común en los hombres que en las mujeres
      • Cuanto más grande sea su AAT, o cuanto más rápido crezca, más probable es que se rompa. La probabilidad de rotura aumenta cuando su aneurisma es mayor que el doble del diámetro normal.

        La disección o desgarro de la pared arterial, conocida como aneurisma aórtico, también puede desarrollarse debido a una disección aórtica, que suele estar asociada a la presión arterial alta. Una disección aórtica se produce cuando el flujo sanguíneo fuerza la separación de las capas de la pared de la aorta, lo que debilita la aorta. La separación puede extenderse desde la aorta torácica a través de toda la aorta y bloquear las arterias de las piernas, los brazos, los riñones, el cerebro, la médula espinal y otras zonas.

        Un problema asociado a la disección aórtica es que, con el tiempo, la presión del flujo sanguíneo puede hacer que la zona debilitada de la aorta se abulte como un globo. Al igual que un globo demasiado inflado, un aneurisma puede estirar la aorta más allá de su margen de seguridad.

        Otras enfermedades pueden debilitar las capas de la pared de la aorta, aumentando el riesgo de aneurismas, entre ellas:

        • Síndrome de Marfan, un trastorno del tejido conectivo
        • Debilidad congénita de la pared arterial (algo con lo que se nace
        • Traumatismos (normalmente caídas o accidentes de tráfico)
        • Sífilis
        • Tuberculosis

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