Para entender la historia del Bocker hay que conocer la historia de las razas madre, el Beagle y el Cocker Spaniel. El Beagle es una de las razas más antiguas que se conocen, se originó en el año 1300 y se utilizó en Inglaterra en el siglo XIV para la caza de conejos. Según algunos, Beagle viene de la palabra celta «pequeño», pero otros dicen que el nombre proviene de una palabra francesa que significa garganta abierta. Esto es en referencia a su tendencia a aullar o aullar. El origen de la raza no está bien documentado, pero se cree que procede de los sabuesos de jauría en Inglaterra durante la época romana. Se utilizaban casi exclusivamente para la caza y se les llamaba perros de bolsillo por su tamaño. De hecho, en aquella época sólo medían una media de 25 centímetros. Llegaron a Estados Unidos en 1642, aunque no se parecían mucho a la versión inglesa del Beagle. Eran más grandes y se parecían más a un Basset Hound. El Beagle fue aceptado en el American Kennel Club (AKC) en 1885 y es el quinto perro más popular de Estados Unidos. El Cocker Spaniel se originó en el siglo XIX en Estados Unidos para cazar y recuperar aves. De hecho, su nombre «cocker» significa becada, que es un tipo de ave que se les daba bien cazar. Hay dos tipos de Cocker Spaniel; el americano y el inglés, que se consideraban la misma raza hasta que el AKC los separó en 1935, aunque la raza Cocker Spaniel fue reconocida en 1878. Son la 29ª raza de perro más popular en Estados Unidos.