El refugio de nieve más conocido es el iglú. Un brillante uso de la ingeniería y los recursos, esta simple cúpula hecha de bloques de nieve es a la vez fuerte y versátil.
Culturas árticas como la esquimal y la inuit lo desarrollaron, y con el tiempo idearon un centenar de trucos para hacer el refugio más cómodo y resistente, incluyendo hacer la entrada pequeña (para ayudar a mantener el calor) y derretir el interior de la cúpula y dejar que se vuelva a congelar (para aumentar la resistencia).
CONSTRUIR UN IGLOO
Diámetro: No debe superar los 3 metros. Cualquier cosa más grande requeriría una cúpula perfecta, que es casi imposible de construir en el campo.
Materiales: Las capas superiores de polvo seco no funcionarán. Empaca montículos de nieve hasta que se endurezcan, o corta bloques de nieve desde la profundidad donde tus pies dejan de hundirse.
Entrada: Construye una puerta en el suelo, a unos 45 centímetros más abajo que el suelo dentro del iglú, y haz un túnel por debajo de la pared para entrar en el iglú. Para una correcta ventilación, nunca selles o cierres la entrada.
Muros: Corta los bloques en una capa en espiral, apoyando un bloque contra el siguiente. Mantenga la pared interior lisa para que la humedad pueda correr por el lado de la pared, en lugar de gotear desde el techo. Incluya un orificio de ventilación para permitir una mejor circulación.