El mundo actual es más ajetreado y estructurado para los niños que nunca. Como resultado, es más difícil establecer las normas que probablemente desarrollen un fuerte vínculo familiar. Los padres pueden cambiar esta dinámica creando experiencias orientadas a la familia para sus hijos desde el principio y con frecuencia.
Orientar la familia significa comprometerse con ella en primer lugar, apreciar la relación que se comparte con ella y demostrar ese aprecio a través de las prioridades. Estar orientado a la familia es un estado mental informado por su sistema de valores que sirve de guía para estructurar su vida en torno a su familia.
Una fuerte orientación familiar lleva a estrechar los lazos y las relaciones de apoyo en todos los ámbitos de la vida. Lo más importante es la calidad y la naturaleza de las relaciones familiares.
Estar orientado a la familia es sinónimo de estar centrado en la familia o enfocado a la familia. Los que se consideran orientados a la familia a veces anhelan formar una familia, provienen de una familia muy unida o tienen un origen religioso.
Qué significa estar orientado a la familia
La orientación familiar no consiste en pasar todo el tiempo libre entreteniendo a los miembros de la familia.
Es un compromiso con una relación, querer pasar tiempo juntos, y buscar la compañía de la familia.
Las personas orientadas a la familia participan en actividades con su familia, están abiertas a casarse con sus parejas y son amigas de los niños.
Los pasos necesarios para orientarse a la familia son diferentes dependiendo de su situación familiar en este momento.
Un padre, un adolescente y un niño van a ir a su compromiso de construir ese vínculo de diferentes maneras.
Sin embargo, comparten muchos de los mismos principios y rasgos:
- Servicio a los demás
- Cuidado profundo de los seres queridos
- Paciencia
- Comprensión
- Voluntad de compromiso
- Compromiso
- Comunicación
- Actividades compartidas
- Unión
- Apoyo
- Afecto
- Aceptación
- Compromiso
- Resistencia
- Obligaciones familiares
- Cercanía y apoyo emocional
- Necesidad de estar a la altura de las expectativas familiares
La interacción familiar positiva puede parecer diferente de una familia a otra, pero las sanas se esfuerzan por encarnar estos principios.
Todos se quedan cortos a veces, pero tienen la intención de utilizar estos conceptos como su brújula para guiar la forma en que tratarán a sus allegados.
Los miembros de la familia responderán a los comportamientos y señales de forma diferente. Los objetivos culturales, las situaciones vitales actuales, la historia personal y el temperamento afectan a la forma en que interactúan.
Las respuestas también varían en función del género; por ejemplo, un hombre y una mujer de la familia influyen en el éxito académico y el desarrollo socio-emocional de un niño de manera diferente.
En el proceso, se contrarrestan mutuamente, proporcionando al niño una sólida base académica y emocional para afrontar los retos de la vida.
Fijar objetivos orientados a la familia
Es difícil definir los objetivos familiares porque no hay dos familias iguales. Todas tienen sus propias fortalezas y debilidades.
Independientemente de que la unidad sea una familia tradicional, una hijastra o una familia monoparental, hay una dinámica única que entra en juego.
Analiza la situación actual de tu familia y señala lo que quieres conseguir y establece objetivos para lograrlo.
Al igual que cualquier otra cosa en la vida, ser reflexivo e intencionado te ayudará mucho a conseguir tu objetivo.
Haga una lista de lo que funciona en la relación familiar y lo que necesita algo de trabajo.
Tal vez su familia necesita visitar más a menudo a los abuelos que viven en otro estado o país.
Tal vez hay relaciones de paso tensas. Identifique lo que desea trabajar para comenzar a establecer objetivos familiares. Luego, decidan qué pueden hacer para mejorar las cosas.
A través de su ejemplo, los demás pueden acercarse a su forma de pensar.
En esencia, todas las familias lo mismo. Quieren ser felices. Es el objetivo número uno que se marcan las familias.
El Proyecto de Investigación de la Fuerza Familiar Australiana identificó algunas características universales de las familias felices.
Estos ocho principios son un excelente punto de partida para establecer objetivos familiares. Empieza con cambios sencillos.
Con el tiempo y con dedicación, es probable que vea los beneficios como una bola de nieve. Las familias se benefician cuando existe una comunicación bidireccional que es abierta, paciente, comprensiva y cariñosa.
Comparten actividades. Algunas decisiones deben incluir la aportación de los niños para ayudarles a sentirse miembros de la familia que valen la pena.
Una familia feliz comparte un sentimiento de unión. Se animan y apoyan mutuamente.
Las familias felices muestran afecto entre sí. Las familias pueden estar formadas por individuos con diferentes necesidades.
Pueden tener creencias y valores diferentes. Las familias felices muestran la aceptación de las diferencias individuales y son resistentes durante los tiempos difíciles.
Esté abierto al matrimonio y a los hijos
Las personas que están orientadas a la familia tienden a salir con personas que sienten que están en busca de una relación que potencialmente se convierta en algo serio, en lugar de citas casuales.
Si tienes hijos o sales con alguien que los tiene, orientado a la familia significa estar cómodo, incluyendo a los niños y posiblemente futuros niños en tu vida.
Actividades orientadas a la familia
El número de formas de pasar tiempo de calidad con la familia para fomentar los principios mencionados anteriormente es ilimitado.
Las actividades orientadas a la familia pueden involucrar a toda la familia o a grupos más pequeños.
Los ejemplos incluyen tener una noche de juegos semanal, ver un partido de fútbol juntos y cenar juntos en lugar de hacerlo frente a la televisión.
Si los niños aprenden ballet o practican un deporte, tómense tiempo en familia para asistir al concierto de ballet o verlos jugar su partido.
Si es posible, asista a las jornadas deportivas del colegio. Programe tiempo dedicado y de calidad con los niños y su pareja.
Cada vez que hagáis una de estas cosas, el vínculo se hace un poco más fuerte, ya que vuestra dedicación al otro se hace más evidente.
El objetivo de las actividades es fortalecer y fomentar las relaciones, recordar a las familias por qué es esencial pasar tiempo juntos y construir recuerdos.
Es un estado de ánimo que guía las acciones en las relaciones con los amigos y la familia.
La orientación familiar también significa apreciar las relaciones de las parejas con sus familias.
Los hogares orientados a la familia crean resultados de vida positivos
El bienestar familiar es esencial para la estabilidad en el hogar. Las relaciones sanas entre padres e hijos favorecen las interacciones positivas, lo que a su vez promueve la creación de vínculos.
Crea un entorno en el que se refuerzan y valoran las pasiones, las esperanzas y los puntos fuertes de la familia (fuente).
Una función primordial de la familia, además del apoyo, es ayudarse mutuamente a crecer y aprender.
Si bien el dinero puede comprar una educación universitaria, no puede enseñar las creencias y los valores necesarios para que los niños se conviertan en adultos responsables.
Para eso, no se necesita dinero. En cambio, la paciencia, el amor y la comprensión son la moneda de un hogar con valores sólidos.
Las familias guían los comportamientos sociales y la moral de una manera que el sistema educativo no puede.
La identidad y la autoestima de un individuo se ven fuertemente afectadas por su relación con los miembros de la familia. Cada uno tiene un papel que desempeñar, y cada uno sirve de maestro a los niños de la familia.
Los padres esperan que los niños sean cooperativos y responsables. Considerar las necesidades de todos y valorar las relaciones interpersonales son expectativas comunes en las familias unidas.
Según los Institutos Nacionales para la Salud, las relaciones familiares estrechas ayudan a proteger a los adolescentes de la influencia de la presión negativa de los compañeros.
Más allá de la familia nuclear, los vínculos estrechos con abuelos, tíos y primos pueden ser valiosos para el sentido de valía y pertenencia de un niño.
Para reforzar este sentimiento de cercanía, los vecinos, los amigos y las organizaciones, como las iglesias, pueden desempeñar un papel importante en el acercamiento de las familias.
El Instituto sugiere que hay tres aspectos principales del familismo:
Cada uno de estos factores cumple funciones clave en la creación, desarrollo y mantenimiento de la cultura familiar.
Resultados de los niños para las familias orientadas a la familia
Cuando los padres tienen un sentido saludable de su poder, lo utilizan para cuidar de sus hijos, protegerlos del daño, evitar reacciones agresivas y utilizar prácticas de crianza que promueven resultados saludables para toda la familia.
Una relación positiva entre padres e hijos es la base de la capacidad de aprendizaje del niño.
Cuando los padres proporcionan un cuidado predecible, receptivo y sensible, los niños pequeños desarrollan las habilidades necesarias para tener éxito en la vida.
Las relaciones tempranas entre padres e hijos afectan al bienestar emocional del niño, a sus habilidades para afrontar y resolver problemas y a su capacidad para establecer futuras relaciones (fuente).
Estas interacciones enseñan a los niños las habilidades que necesitan para relacionarse con los demás y cómo tener éxito en diversos entornos.
Aprenden a gestionar comportamientos y emociones y a establecer relaciones sanas con los adultos y los compañeros. En el proceso, los niños aprenden a resolver conflictos y a adaptarse a nuevas situaciones.
Desafíos de estar orientado a la familia
Los comportamientos negativos y los resultados de salud son más comunes cuando las familias viven con inestabilidad, estrés, falta de recursos o están aisladas. Cualquiera de estos riesgos supone un reto.
Cuando hay una combinación de factores de riesgo, la amenaza es aún mayor.
Una acumulación de factores de riesgo afecta negativamente a las interacciones entre padres e hijos. Esto suele tener un efecto negativo en el desarrollo socio-emocional, cognitivo y del lenguaje del niño.
Los padres pueden proteger a sus hijos de estos factores de riesgo desarrollando sus habilidades de comunicación, haciendo crecer su conexión socio-emocional y creando un ambiente de apoyo en el hogar donde el niño se sienta aceptado por lo que es.
Programas para ayudar a las familias a orientarse hacia la familia
Existen programas que también ayudan a los padres a facilitar el desarrollo saludable de su hijo.
Los padres con niños pequeños deben buscar los programas locales Early Head Start y Head Start. Estos promueven resultados positivos en la crianza de los hijos al proporcionar un fuerte apoyo.
Otros programas, como Montessori, Waldorf y Reggio Emilia, son modelos de educación centrados en el niño que le ayudan a ganar confianza, a desarrollar su comprensión del mundo y a explorar sus intereses.
Estrategias para orientarse a la familia
Las investigaciones sugieren que las expectativas de los padres sobre las habilidades, capacidades y futuras elecciones ocupacionales y educativas de sus adolescentes tienen una poderosa influencia en los logros de los adolescentes y jóvenes adultos (fuente).
Las expectativas se forman y se refuerzan por el comportamiento encubierto y abierto de los padres.
Los adolescentes aprenden e interiorizan el comportamiento de sus padres y familias, lo que a su vez influye en sus comportamientos, actitudes, valores y creencias.
Esto tiene un impacto directo en cómo ven el mundo y sus resultados en la vida.
El desarrollo de la autonomía se encuentra entre los conceptos de desarrollo más críticos durante la adolescencia.
Es un componente esencial de la autodeterminación. Los individuos autónomos actúan con las propias capacidades, preferencias e intereses sin la influencia de los demás.
Teóricos e investigadores de una amplia gama de disciplinas citan lo importante que es la familia y otros adultos para promover el desarrollo de la autonomía en los adolescentes.
Los niños mayores necesitan descubrir quiénes son. Este puede ser un proceso largo y arduo, pero merece la pena.
Los padres deben proporcionar un fuerte apoyo y una orientación responsable durante este período.
Exponerles a diversas salidas en las que puedan desarrollar su creatividad, curiosidad, concentración, resiliencia y responsabilidad es clave para ayudarles a descubrir quiénes quieren ser.
Los niños orientados a la familia se adaptan bien a la universidad
Un influyente estudio investigó cómo la relación entre los padres y los adolescentes influía en la adaptación de los niños durante la transición a la universidad.
Se incluyeron en el análisis componentes personales-emocionales, sociales y académicos.
El vínculo entre la relación madre-adolescente pareció ser más influyente que el de la relación padre-adolescente para los datos globales y seccionales recogidos.
Los estudiantes identificaron a los padres, en particular a las madres, como las primeras personas a las que buscan apoyo.
Más estudiantes afroamericanos y residentes en dormitorios identificaron a sus madres que de otros orígenes étnicos o que se desplazan al trabajo.
El hallazgo sugiere que la historia cultural y los arreglos de vida pueden ser factores a considerar cuando se espera la experiencia universitaria de su adolescente (fuente).
La calidad de las relaciones entre padres e hijos forma la base de la relación continua cuando el niño hace la transición a la universidad.
Los factores importantes a tener en cuenta son: la confianza, la cercanía y la comunicación.
Junto con otras variables, se unen para formar la percepción del estudiante de su relación con cada padre.
El estudio indicó una correlación positiva entre las relaciones fuertes entre padres y adolescentes y el ajuste académico, pero no el ajuste social y personal-emocional.
Sin embargo, otros estudios encontraron una asociación entre el ajuste social y personal-emocional.
El consenso parece ser que los estudiantes afrontan mejor la transición a la universidad cuando perciben altos niveles de apoyo de los padres y están contentos con la cantidad de apoyo que reciben.
Cuando tal es el caso, los estudiantes utilizan a los padres como una base segura para explorar y adaptarse a la vida universitaria.
Cómo ser un hombre o una mujer de familia
Los estudios sobre este tema investigaron las relaciones de los hijos con los padres y las madres por separado.
Padres y madres difieren en el tipo de experiencias que ofrecen a sus hijos.
Por ejemplo, en general, las madres tienden a estar más disponibles emocionalmente para los bebés que los padres.
El patrón continúa durante la infancia y la adolescencia. Las madres participan en una interacción más frecuente que los padres.
Los padres tienen una relación más distante. En general, las madres son más receptivas durante la adolescencia y los padres más exigentes.
Los adolescentes masculinos y femeninos atestiguan estar más cerca de las madres que de los padres.
Los estudios también muestran una correlación entre diferentes variables académicas, personales-emocionales y sociales y las características de crianza fueron consistentemente más significativas y fuertes para las madres que para los padres.
La transición a la universidad también muestra que las medidas de las relaciones madre-adolescente son más predictivas de la adaptación a la universidad que la medida de las relaciones padre-adolescente.
La muestra era diversa en términos de estado civil, etnia y género de los padres.
¿Acaso estos resultados niegan la importancia de los padres? En absoluto. Los padres desempeñan un papel muy significativo en las culturas orientadas a la familia.
Las familias con padres en el hogar van significativamente mejor que las que no los tienen. No hay sustituto para dos padres cariñosos en el hogar.
Los padres que encarnan estos valores saben que el hogar no es un lugar del que escapar.
Cuando están lejos de la gente y del lugar que aman, sienten una palpable añoranza de estar en casa.
Los padres dedicados aman a su familia. No los ven como cargas que requieren un compromiso de planes y objetivos.
Ponen a su familia en primer lugar. A la hora de tomar decisiones cotidianas, sus elecciones responden a las necesidades de la familia. Sus propias necesidades son una prioridad secundaria.
Los niños deletrean amor T-I-M-E. La importancia de pasar tiempo de calidad con la familia puede parecer obvia, pero su impacto no puede ser subestimado.
El hombre de familia pasa tiempo con sus hijos por amor genuino y no por obligación. Sus intereses se entrelazan con las necesidades de sus hijos.
Se preocupa por otras personas y es un miembro que contribuye a su comunidad.
Dispone de disciplina si es necesario para enseñar a los niños a distinguir el bien del mal, pero sabe que las relaciones se desarrollan con algo más que con la instrucción.
Sus palabras son afirmaciones que construyen la autoestima, la aceptación, la confianza y el valor en sus hijos.
Los padres fuertes siempre están en guardia. Son decididos en lo que ven sus hijos, lo que hacen, a dónde van y con quién pasan el tiempo.
Su formación y ejemplo enseñan activamente a sus hijos a ser hombres y mujeres de bien.
Cuando los hijos tienen dificultades para comunicarse, les animan pacientemente a expresar lo que sienten. Los padres tienen mucho que reflexionar.
Nadie logra todo lo anterior a la perfección en todo momento. Se mantienen centrados en lo que importa a sus familias y hacen lo mejor que pueden (fuente).
Pensamientos finales
Para aquellas familias que quieren orientarse más a la familia, orientarse a la familia puede implicar un cambio de comportamiento y de mentalidad.
En el fondo, consiste en ser más agradecidos y comprometidos con la familia.
Las familias tienen que aprender a gestionar la vida en común con otros compromisos como el trabajo, las actividades extraescolares y las amistades.
Como cualquier obligación, orientarse a la familia requiere trabajo para convertirlo en una prioridad.
Cada familia tiene necesidades diferentes. Averiguar las mejores opciones para las familias es vital mientras navegan por las formas de hacer de la familia una prioridad significativa.
Puede comenzar expresando su compromiso. Muestre a la familia su compromiso demostrando lealtad, modificando el énfasis puesto en el trabajo y revisando la lista de tareas y trabajo.
Ponga el foco en el tiempo en familia por encima de todo.
Cuando sea apropiado, integre a la familia con los quehaceres y tareas para construir un respeto compartido de las contribuciones de cada persona en el hogar.
Haga que la familia se involucre. No es una estrategia acertada intentar hacerlo todo uno mismo: supervise los objetivos de la familia.
La dinámica familiar cambia a medida que los niños crecen y los padres envejecen. Manténgase en contacto con el «sentimiento» familiar y dé prioridad a la familia.
Pase tiempo intencionadamente con cada miembro de la familia para desarrollar un vínculo profundo con cada uno a nivel personal.