Aprendiendo de nuestros errores
Lo bueno de los errores es que todos los cometemos. Desde tu entrenador de fútbol hasta el capitán de cricket australiano, nadie está a salvo de meter la pata. Lo importante es aprender la lección y tratar de hacerlo mejor la próxima vez.
De vez en cuando un error es más grande que una solución rápida, y eso también está bien. Pero también puede que tardemos más en aprender de ellos y en cambiar nuestra forma de actuar. Lo más esencial en estos casos es aceptar lo que ha pasado y seguir adelante, en lugar de machacarse por ello.
Aceptar nuestros errores
Por suerte, hay algunos consejos prácticos para ayudarnos a lidiar con las meteduras de pata.
No eres tu error
Cuando cometas un error, ten en cuenta que no define quién eres como persona. Intenta no sacar conclusiones sobre tu valía o valor. Nadie es perfecto, y eso está bien.
Afróntalo
Afronta tu error de frente, hazte cargo de lo sucedido y ponle un límite. Aunque puede ser tentador buscar una salida fácil: «¡No aprobé el examen de conducir porque el instructor me la tenía jurada!» – darse cuenta de la culpa es el primer paso para figurar y seguir adelante.
Cuanto antes lo admitas, antes podrás volver a ponerte en marcha. Si te excusas, probablemente sólo prolongarás este proceso.
Es mejor que reconozcas
Si estás confundido sobre lo que hiciste mal, o dónde se cometió el error, puede ser difícil dejarlo en el pasado. Lo más probable es que te siga molestando mucho. Intenta charlar con otra persona implicada para estar totalmente seguro de lo que no debes hacer la próxima vez.
Encuentra la solución y dale caña
La mayoría de los problemas tienen solución, y si has metido la pata, siéntate y piensa en lo que podrías hacer para mejorar la situación. Puede que descubras que puedes suavizar algunas cosas y que no es tan grave como pensabas en un principio.
Háblalo
Cuando cometas un error realmente grave, no sientas que tienes que afrontarlo tú solo. Habla con tus compañeros o con tu familia sobre ello. Puede que te digan algo que arroje luz sobre lo sucedido y te haga sentir un poco mejor.
¿No puedes dejar de darle vueltas a tus errores?
Si has intentado hacer estas cosas, y te cuesta mucho aceptar tus errores y seguir adelante, puede que haya algo más en un nivel más profundo.
Empieza por tener una charla con alguien de confianza. Si no estás seguro de quién podría ser, o qué servicio buscas, haz clic en el portal de ayuda profesional de Reach Out para ver qué opción podría ser la más adecuada para ti. Aquí puedes hacerte una idea de cómo es la ayuda, qué pasos dar y cómo funciona todo.
Asume el error
Aunque «no hay errores, solo lecciones» puede sonar como el tipo de cita de Insta que pasas por delante todos los días, cuando te paras a pensar en ello, el mensaje es contundente.
Todo el mundo comete errores, y todo el mundo tiene que enfrentarse a ellos. Es cómo te recuperas lo que llega a definirte. Usando las estrategias anteriores puedes empezar a ver los errores como oportunidades, una oportunidad para recoger un poco de conocimiento extra y mejorar en el camino.