Nuestra cultura americana es rica en folclore y lenguaje regional para todo tipo de animales, incluidos los insectos. Por ejemplo, la libélula. Puede que la conozcas por algún otro nombre.
Aguja de zurcir del diablo
Nuestros antepasados inmigrantes europeos trajeron consigo muchas supersticiones, entre ellas la creencia en las siniestras cualidades de las libélulas. De hecho, las libélulas se asociaban a menudo con el mismísimo Diablo. Los cuerpos delgados de las libélulas sugerían una aguja de zurcir allá por la Edad Media en Europa.
Más recientemente, en Kansas, el folclore dice que una «aguja de zurcir del diablo» coserá los labios de hombres malhablados, mujeres críticas y niños traviesos. Mientras tanto, en Iowa, coserán los dedos de las manos o de los pies de cualquiera que se quede dormido.
Médico de serpientes
Los habitantes del centro y sureste de Estados Unidos pueden referirse a una libélula como «médico de serpientes». Esto parece tener al menos un par de orígenes. Uno de ellos es que las libélulas llevan consigo en sus «alforjas» (protuberancias emparejadas en sus «hombros») medicamentos que pueden curar las mordeduras de serpiente.
Alternativamente, las libélulas se alimentan de los mosquitos y otras moscas que molestan a las serpientes que toman el sol en los pantanos de las tierras bajas.
Picadura de caballo
Todavía muchos creen que las libélulas pueden picar a las personas y al ganado. «Aguijón de caballo» es como las llaman algunos en Nebraska, alimentados por la creencia de que los insectos llegan a chupar la sangre de los equinos. Lo más probable es que se coman a las moscas de los caballos.
Las libélulas macho tienen unas proyecciones de aspecto perverso en el extremo de su abdomen, pero esos «ganchos» se utilizan para agarrar a la libélula hembra por el cuello durante el apareamiento.
Las libélulas hembras poseen un ovipositor en forma de daga, pero como el nombre de ese órgano sugiere, lo utiliza para poner sus huevos en la vegetación acuática, o en el barro o la suciedad, o en los troncos flotantes.
Caballo de montar del diablo
Ahí está otra vez lo del diablo. Este nombre de libélula parece propio de Carolina del Norte, pero «caballo del diablo» y «caballo del diablo» parecen populares en Wisconsin, Alabama y Mississippi. En Tennessee es «dragón del diablo».
Como se llame una libélula…
Las libélulas están entre nuestros insectos más espectacularmente bellos, e inofensivos.
Se ganan el pan comiendo mosquitos tanto en su fase adulta como en la larvaria. Las libélulas pasan su juventud como voraces depredadores subacuáticos en estanques, ciénagas, lagos, arroyos y ríos; luego emergen como adultos alados para deleitarnos como «halcones de mosquitos» (¡hay otro nombre!) que comen moscas sedientas de sangre. Tal vez sea hora de jubilar todos esos nombres intimidatorios?