por Candy Light, Platform Support at Masterworks
La magnitud de la influencia generada es uno de los factores más reveladores para identificar los momentos cruciales de la historia del arte, ya sea a través de una nueva idea, una nueva técnica/estilo o una obra de arte concreta. En 2004, un panel de 500 expertos en arte declaró que un urinario de porcelana estándar de 1917 puesto de lado era la obra de arte más influyente del siglo XX.
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¿Cómo ha conseguido una pieza de fontanería que está más acostumbrada a la mirada de las partes íntimas masculinas que a la de los aficionados al arte arrebatar este prestigioso puesto? He aquí la historia de cómo la astuta performance artística del artista franco-americano Marcel Duchamp dio origen al readymade, y alteró con éxito la trayectoria de la historia del arte.
La historia del urinario. Bautizada, simplemente, como Fountain, la obra de arte urinaria de Marcel Duchamp fue concebida inicialmente por el artista como una prueba, que finalmente fracasó. A principios del siglo XX, los gustos del arte -en cuanto a estilo y temática- estaban experimentando un cambio drástico. Desde la preferencia del siglo XIX por la pintura de salón, muy acabada, hasta las nuevas (e impactantes) representaciones expresionistas de momentos fugaces en el tiempo de los impresionistas, la historia del arte se encontraba en una época de grandes cambios. Los salones de arte recién creados, como la Sociedad de Artistas Independientes de Nueva York, pretendían desbaratar el conservador Salón de París y se presentaban como una organización abierta, sin jurado y comprometida con la aceptación de todas las obras de arte. Marcel Duchamp era miembro fundador de la Sociedad de Artistas Independientes y decidió poner a prueba la integridad de esta exposición autoproclamada «libre de juicios».