Cuando se trata de entender nuestra autoestima, tal vez la mejor manera de entenderla es darse cuenta de que la autoestima, en su mejor momento, ni siquiera viene de nosotros mismos, sino de Dios. Él nos eligió como suyos antes de establecer los cimientos del mundo (Efesios 1:3-4). Fuimos creados a su imagen (Génesis 1:26-27). Hemos sido creados de forma maravillosa: «Te alabo, porque he sido hecho de forma maravillosa y con mucho amor. Maravillosas son tus obras; mi alma lo sabe muy bien» (Salmo 139:14). Al establecer nuestra creencia en Cristo, somos hijos de Dios y tenemos una herencia en el cielo con Él (Efesios 1:13-14).
Todas estas cosas enumeradas arriba fueron hechas por nosotros o en nosotros por Dios-no hemos hecho nada para merecerlas. Esto demuestra que nuestra verdadera autoestima proviene de Cristo. Nuestro valor no se encuentra en nuestro propio ser, sino en Cristo y en lo que Él nos ha creado para ser en Él.
Entonces, ¿cuánto nos valora Dios? Jesucristo murió por nosotros cuando aún éramos pecadores (Romanos 5:8; Efesios 2:1-5). Dios nos dio valor al darnos su justicia. «Por nosotros hizo pecado al que no conoció pecado, para que en él fuésemos hechos justicia de Dios» (2 Corintios 5:21). En lugar de basar nuestro valor en nuestro propio «yo», debemos confiar en la autoridad de Dios al respecto. El hecho de que Jesús muriera en la cruz, dando su vida por nosotros, nos dice cuánto valor ha puesto Dios en nosotros y cuán valiosos somos para Él.
Los pensamientos de Dios están siempre en nosotros; son más numerosos que los granos de arena de la tierra. David escribió: «¡Cuán preciosos son para mí tus pensamientos, oh Dios! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si quisiera contarlos, serían más que la arena…». (Salmo 139:17-18). El hecho de que Dios infunda su valor en nosotros supera cualquier sentido de autoestima que podamos tratar de infundir en nosotros mismos.
Intentar crear la autoestima por nuestra cuenta es intrínsecamente orgulloso porque implica que pensamos que podemos hacer un mejor trabajo que Dios o que lo que Él nos ha dado no es suficiente. En nuestro mundo moderno, es fácil compararnos con los demás y encontrar nuestro valor en cómo nos medimos al lado de ellos. Dios mide nuestro valor de manera diferente a como lo hace la humanidad: «… Porque Jehová no ve como el hombre: el hombre mira la apariencia exterior, pero Jehová mira el corazón» (1 Samuel 16:7). La mejor manera de encontrar un sentido de autoestima es enfocar nuestra atención en cómo Dios nos ve y ha puesto su valor en nosotros. Él nos valora mucho más que cualquier otra persona, incluso que nosotros mismos. Tenemos un valor infinito gracias a Cristo (Juan 3:16).
¿Habla la Biblia sobre el amor propio/amarse a sí mismo?
¿Qué dice la Biblia sobre la autoestima?
¿Qué enseña la Biblia sobre la confianza?
¿Qué significa ser hecho de manera temible y maravillosa (Salmo 139:14)?
¿Qué significa que la humanidad es creada a imagen de Dios?
Verdades Temáticas