Muchos hombres experimentan cambios en su deseo sexual (también conocido como libido) a lo largo de su vida. Es normal que el interés sexual aumente y disminuya de forma intermitente. Las disminuciones temporales de la libido pueden deberse a cambios en las relaciones, a las obligaciones laborales o familiares, o a otros cambios en la vida. El interés sexual también tiende a disminuir con el avance de la edad y/o en las relaciones comprometidas a largo plazo. Aunque estos cambios son típicos, pueden ser molestos; algunos hombres que son muy activos sexualmente pueden experimentar una angustia particular por los cambios en su interés sexual.
En muchos casos, el bajo deseo sexual mejora con el tiempo y/o con la resolución de los factores de estrés. Sin embargo, en algunos hombres los cambios en la libido pueden ser persistentes. El deseo sexual no es esencial para la vida; sin embargo, el bienestar sexual y una vida sexual satisfactoria es un componente importante de la calidad de vida en general para la mayoría de las personas. La ausencia de interés sexual puede provocar angustia personal y puede suponer cierta tensión en las relaciones íntimas. En algunos casos, la libido baja también puede ser un signo de condiciones médicas subyacentes que pueden ser graves.
La evaluación por parte de un médico puede estar indicada en el hombre que tiene una falta de interés persistente o recurrente en el sexo que le está preocupando a él y/o a su(s) pareja(s). Muchos médicos no tienen experiencia en el tratamiento de cuestiones de sexualidad, y mucho menos en cuestiones de deseo sexual, por lo que a menudo se recomienda la consulta con un especialista.
Los primeros y más importantes pasos en la evaluación de los problemas de deseo sexual en los hombres es obtener una buena historia. La fecha de inicio, la gravedad, los factores situacionales y/o médicos alrededor de ese momento y los tratamientos tomados previamente son elementos clave de esta historia. Es importante determinar si existen otros problemas sexuales; en algunos casos, el bajo deseo puede ser el resultado de otro problema sexual, como la disfunción eréctil (problemas para conseguir o mantener la erección) o la eyaculación precoz (falta de control sobre el momento de la eyaculación). En estos hombres, la disminución del deseo sexual puede ser un intento de adaptación evitando situaciones sexuales en las que el hombre siente que puede «fracasar».
Es esencial evaluar la relación del hombre con su(s) pareja(s); las consideraciones clave son la duración de la relación y cualquier factor de estrés en las relaciones o problemas de sexualidad anteriores. Si el hombre tiene más de una pareja, pueden ser importantes los detalles sobre factores situacionales o específicos de la pareja. Muchos hombres dudan a la hora de comunicarse con sus parejas sobre el sexo y los deseos sexuales; de hecho, algunos casos de bajo deseo pueden derivar de la incapacidad de discutir y acordar qué tipo de actividades sexuales se desean. Los hombres que no tienen pareja también pueden experimentar una disminución de la libido; esto puede ser en cierto modo adaptativo, pero también puede llevar a los hombres a no buscar relaciones nuevas y potencialmente positivas.
Además de la evaluación detallada de la preocupación por la sexualidad y la relación del hombre, se debe realizar una historia clínica general y un examen físico. Es especialmente importante preguntar sobre el uso de medicamentos, ya que muchos fármacos, en particular los antidepresivos, los medicamentos para la presión arterial y las drogas recreativas pueden tener efectos negativos sobre la libido. Deben determinarse los antecedentes de enfermedades psicológicas o neurológicas o de traumas, ya que pueden influir mucho en el interés sexual. Los hombres con enfermedades sistémicas o metabólicas (por ejemplo, diabetes, VIH, cáncer) suelen tener una libido baja que puede estar relacionada con varias causas. Las pruebas de laboratorio básicas, incluida la medición de la testosterona sérica, suelen ser útiles. En algunos casos puede ser conveniente realizar pruebas adicionales, pero normalmente no son necesarias.
No existe ninguna «píldora de la libido» aprobada por la FDA para los hombres, aunque sí existe una opción médica para las mujeres con bajo deseo sexual. Si el hombre tiene otro problema sexual que provocó cambios en la libido, el tratamiento de esa condición puede conducir a una mejora secundaria en el deseo sexual. Si los cambios en la libido están asociados a una medicación específica, puede valer la pena suspenderla o cambiarla por un agente alternativo. Las condiciones generales de salud que pueden predisponer a los cambios en la libido deben ser tratadas de forma adecuada; por ejemplo, los hombres con obesidad o diabetes mal controlada deben trabajar para perder peso y conseguir un mejor control de sus niveles de azúcar en sangre. En algunos casos, esto puede conducir a una mejora de la libido.
Como los niveles bajos de testosterona en sangre se asocian a una libido baja, la administración de suplementos puede ser apropiada en algunos casos. La administración de suplementos de testosterona es algo controvertida, por lo que sólo debe considerarse después de una cuidadosa consulta con un proveedor de atención médica que tenga conocimientos sobre este tema. La testosterona es útil en muchos casos de libido baja, pero no en todos.
Fomentar una comunicación abierta y honesta entre el hombre con libido baja y su pareja es esencial. Ser abierto y explícito sobre los deseos sexuales y los deseos es esencial para las relaciones saludables. En algunos casos, un hombre puede estar interesado en actividades sexuales que no son atractivas para su pareja, y viceversa. Elaborar un compromiso que deje a todas las partes sintiéndose sexualmente satisfechas puede resolver algunos problemas de bajo deseo sexual y conflictos interpersonales.