Algunos de los síntomas permiten sospechar la presencia de un trastorno esofágico. El dolor intenso que se produce de repente después de vomitar o después de una intervención que afecte al esófago sugiere una ruptura del esófago, aunque es poco frecuente. El ardor de estómago (acidez) es una sensación de quemazón causada por la ERGE que asciende hacia el tórax y a veces hasta el cuello y la garganta, en general después de las comidas o al estar tumbado. El ardor de estómago (acidez) es uno de los síntomas digestivos más frecuentes. La dificultad para tragar y el malestar que se produce solo al tragar también sugieren un trastorno esofágico. Las molestias en el pecho que se producen habitualmente tras una actividad física y que desaparecen tras un breve descanso sugieren un problema cardíaco. No obstante, dado que los síntomas se solapan con frecuencia y que una cardiopatía es particularmente peligrosa, los médicos suelen realizar una radiografía de tórax, un electrocardiograma (ECG) y a veces una prueba de esfuerzo cardíaco antes de realizar pruebas de detección de enfermedades esofágicas.