Caso

Una mujer de 67 años fue remitida por dos semanas de dolor en el hombro izquierdo que le impedía dormir y mover el brazo y que interfería en su trabajo como mecanógrafa. El dolor se localizaba en la parte posterior del hombro justo medial a la escápula, se irradiaba hacia el brazo izquierdo y era posicional. No había notado una disminución de la amplitud de movimiento.

Tras el fracaso de los esteroides y los AINE, fue remitida a un quiropráctico, que no mejoró su dolor de hombro. Cuando se levantó de la camilla, notó que tenía un dolor torácico aplastante bilateralmente a cada lado del esternón a la altura de la primera y segunda costillas. Desde entonces, había estado recibiendo dosis importantes de opiáceos y esteroides orales sin que se resolviera el dolor.

Examen físico

Un examen del hombro reveló una amplitud de movimiento bilateral normal sin crepitación. La cabeza de la paciente estaba ligeramente inclinada y la espalda rota lateralmente. Había una masa sensible palpable sobre la cara medial de su escápula izquierda. La palpación del músculo romboide provocó un intenso dolor agudo que se irradiaba hacia el brazo y reproducía sus síntomas (Ver fotos de muestra 1 & 2).

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Foto 2

Espasmo romboidal

Etiología: Una distensión o espasmo del músculo romboides suele estar causada por el uso excesivo del hombro y el brazo, especialmente durante actividades repetitivas por encima de la cabeza, como servir una pelota de tenis o alcanzar para poner objetos en un estante alto. También puede ser el resultado de actividades como el uso prolongado de un ordenador, el problema experimentado por este paciente.

Anatomía: Los romboides se originan en la última (séptima) vértebra cervical y las cinco primeras torácicas y se insertan en el borde medial de la escápula. Trabajan con el elevador de la escápula y el trapecio superior para elevar y retraer la escápula. Los espasmos de los romboides remiten el dolor a una zona local y limitada, así como a la cara lateral del brazo, y suelen ir acompañados de puntos gatillo en los elevadores de la escápula, el trapecio y los pectorales mayor y menor. (Véanse las fotos 3a, 3b y 4).

Tratamiento

El espasmo romboidal debe tratarse con una inyección local de lidocaína y un corticoide de depósito en el músculo romboidal. La lidocaína proporciona el efecto directo de reducir el espasmo actual, y el efecto antiinflamatorio del esteroide reduce la recurrencia.

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Foto 3b

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Foto 3a

Inyección romboidea

Para administrar una inyección romboidea, localice primero el músculo romboide justo medial a la escápula en la parte posterior del hombro. Un músculo romboide en espasmo suele presentarse como una masa dolorosa y palpable. A continuación, identifique un área de sensibilidad puntual. Inyecte lidocaína y un corticosteroide. La localización correcta se confirmará por el alivio inmediato del dolor; el esteroide, sin embargo, puede tardar hasta una semana en proporcionar alivio del dolor.

Seguimiento a tres meses

La paciente regresó tres meses después de que se le inyectara el músculo romboides con lidocaína y un preparado depo-esteroides. Ha retomado su trabajo como mecanógrafa y realiza ejercicios de prevención del espasmo romboidal. Duerme bien y puede mover el brazo sin dolor. Es activa en sus actividades diarias y disfruta yendo de compras con sus amigos.

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Foto 4

Prevención

La prevención puede lograrse mediante los siguientes ejercicios de romboides:

  1. Siéntese con las piernas estiradas delante de usted. Dobla la rodilla derecha y coloca el pie derecho a la izquierda/exterior de la rodilla izquierda. Con la mano derecha, agarra y sujeta tu tobillo derecho. Sujetándose al tobillo derecho, inclínese hacia atrás. (Ver 5A.)
  2. La clave: Presiona tu codo derecho contra tu rodilla derecha y apunta/empuja tu hombro derecho hacia el suelo delante de ti. (Ver 5B.)
  3. Póngase de pie con los brazos a los lados. Estire un brazo a través de su cuerpo y tire de él hacia su cuerpo con la otra mano. (Ver 5C.)
  4. Siéntese en una silla firmemente apoyada en el suelo. Levante la pierna derecha y ponga el tobillo derecho sobre la rodilla de la pierna izquierda. Agarra el tobillo derecho con la mano derecha y apoya el codo derecho en la rodilla derecha. Con la mano izquierda, agarre el respaldo de la silla por detrás de usted y gire el torso hacia la izquierda para mirar por encima de la mano izquierda. (Ver 5D.)
Foto 5D

Foto 5D

Foto 5C

Foto 5C

Foto 5B

Foto 5B

Foto 5A

Foto 5A

El Dr. Ficalora es profesor asociado de medicina en la Facultad de Medicina de la Clínica Mayo, y Gerhart es estudiante de medicina de tercer año en la Facultad de Medicina de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota.

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