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Por los editores de WoundSource

El edema es la acumulación anormal de exceso de líquido dentro del tejido. La hinchazón asociada al edema puede estar localizada en una pequeña zona tras una lesión aguda, puede afectar a toda una extremidad o a un órgano específico, o puede ser generalizada en todo el cuerpo. El edema no es una enfermedad, sino un síntoma que puede indicar el estado de salud general, los efectos secundarios de los medicamentos o condiciones médicas subyacentes graves.1

Normalmente, el líquido se intercambia en el cuerpo a través de compartimentos intravasculares (el sistema vascular y las cámaras del corazón) o extravasculares (todas las demás áreas intersticiales). Este movimiento de fluidos se rige por un equilibrio de presiones hidrostáticas y oncóticas. Cuando el equilibrio de estas presiones se interrumpe y la capacidad de filtración del sistema linfático se ve desbordada, el resultado es el edema.1

Selección de prendas de compresión para el edema relacionado con la insuficiencia renal

.Edema

Síntomas del edema

La hinchazón es el síntoma más frecuente del edema, con variaciones en la localización y el tipo que indican diferentes problemas subyacentes. El edema periférico afecta a las extremidades y puede agravarse al estar sentado o de pie durante mucho tiempo. El edema periférico se manifiesta de forma diferente según el orden de gravedad. En los casos graves de edema con fóvea, la presión del dedo aplicada en el lugar de la hinchazón dejará una depresión que durará de 10 a 30 segundos. En el edema sin fóvea, la presión del dedo no produce una depresión duradera. El anasarca es un edema general que afecta a todo el cuerpo. El edema abdominal se denomina ascitis y es una indicación de retención de líquidos en la cavidad peritoneal. La piel de las zonas afectadas por el edema puede tener un aspecto brillante y tenso con hinchazón.2

Factores de riesgo comunes asociados al edema
Los factores de salud generales que contribuyen a las formas leves de edema incluyen estar sentado o de pie durante mucho tiempo, lesiones en la piel, consumo excesivo de sodio, cambios hormonales premenstruales y embarazo. Ninguno de estos factores es indicativo de problemas de salud importantes, y el edema en cada uno de estos casos suele ser temporal.3

El edema también puede ser un efecto secundario de varios medicamentos comunes. Entre ellos se encuentran los medicamentos para la presión arterial, ciertos medicamentos para la diabetes, los estrógenos, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los corticosteroides y los vasodilatadores. La mayoría de estas reacciones no son críticas, pero las reacciones alérgicas a los medicamentos pueden causar edema de lengua o garganta que requieren tratamiento médico de urgencia.2

Los factores de riesgo más graves asociados al edema son las enfermedades sistémicas que afectan al corazón, los riñones, el hígado y los pulmones. 3

• Las enfermedades pulmonares crónicas como la bronquitis crónica o el enfisema que provocan un edema pulmonar pueden contribuir a la falta de aire y a los bajos niveles de oxígeno en sangre.
• La insuficiencia venosa crónica causada por venas varicosas y tromboflebitis se manifiesta en la acumulación de líquidos en los pies y los tobillos.
• La cirrosis hepática puede causar un aumento de la presión en los vasos sanguíneos abdominales que se manifiesta como un abultamiento abdominal por el exceso de líquido acumulado en la cavidad abdominal, o ascitis.
• La insuficiencia cardíaca congestiva puede provocar un edema pulmonar cuando el corazón es incapaz de bombear la sangre de forma eficiente. El aumento de la presión en las venas que hacen circular la sangre por los pulmones acaba empujando el líquido hacia los alvéolos, reduciendo así la capacidad pulmonar.
• La enfermedad renal puede dar lugar a un edema periorbitario (hinchazón alrededor de los ojos) o a una hinchazón de las piernas secundaria a la acumulación de líquido causada por la disminución de los niveles de proteínas (albúmina) en la sangre.
• El linfedema, una enfermedad resultante de la disfunción del sistema linfático, puede causar hinchazón en las piernas o los brazos. Este edema procede de la fibrosis tisular producida por la acumulación de líquido proteináceo como consecuencia de esta disfunción. Tiene varias causas y puede tratarse y controlarse, pero no curarse.

Complicaciones potenciales del edema no controlado
Aunque los casos leves de edema pueden resolverse por sí solos, el edema no controlado derivado de causas crónicas y sistémicas puede dar lugar a una serie de complicaciones. El edema que no se trata puede provocar un estiramiento de la piel hasta un punto de prurito y malestar, acompañado de una hinchazón dolorosa, rigidez y dificultad para caminar. Las zonas hinchadas corren un mayor riesgo de sufrir úlceras cutáneas e infecciones. Los coágulos de sangre en las venas profundas, una condición conocida como trombosis venosa profunda, son más probables cuando la circulación de la sangre disminuye como resultado del edema.2

Tratamientos e intervenciones comunes para el edema

Los pacientes con edema o que corren el riesgo de desarrollarlo pueden reducir su riesgo o sus síntomas tomando las siguientes precauciones:4

• Reducir el consumo diario de sodio
• Participar en el ejercicio regular
• Evitar la exposición a temperaturas extremas (baños calientes, saunas, etc)
• Usar medias de compresión, mangas, o guantes
• Usar ropa de compresión durante los viajes en avión
• Recibir una terapia descongestiva linfática especializada
• Proteger la zona afectada de lesiones e hidratar la piel con frecuencia
• Elevar la zona afectada por encima del nivel del corazón durante todo el día

El diagnóstico y el tratamiento de la afección subyacente que causa el edema grave son necesarios para poner en marcha un plan de gestión a largo plazo. El edema grave o crónico puede requerir tratamiento con medicamentos diuréticos para ayudar a aumentar el volumen de líquido excretado por los riñones.

1. Trayes KP, Studdiford JS, Pickle S, Tully A. Edema: diagnóstico y tratamiento. Am Fam Physician. 2013;88(2):102-110. https://www.aafp.org/afp/2013/0715/p102.html. Consultado el 11 de octubre de 2019
2. Fundación Mayo para la Educación e Investigación Médica. Edema. http://www.mayoclinic.com/health/edema/DS01035. Mayo Clinic; 2011. Consultado el 11 de octubre de 2019.
3. Phelps KR. Edema. En: Walker HK, Hall WD, Hurst JW, eds. Clinical Methods: The History, Physical, and Laboratory Examinations. 3rd ed. Boston: Butterworths; 1990.
4. Bobkova I, Chebotareva N, Kozlovskaya L, Shilov E. Edema in renal diseases – current view on pathogenesis. Nephrology @ Point of Care. 2016;2(1):e47-e55. https://doi.org/10.5301/pocj.5000204. Consultado el 3 de noviembre de 2019.

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