Una existencia sin resaca podría ser pronto una realidad. Y no, no te estamos pidiendo que abandones tu hábito de la hora feliz. Hace casi tres años, el director de la unidad de neuropsicofarmacología del Imperial College de Londres -sí, es un bocado-, David Nutt, reveló su proyecto alcosynth. Lo que, a grandes rasgos, se traduce en esto: bebida sin las toxinas y las consecuencias del día después.
En 2016, el profesor y ex asesor gubernamental en materia de medicamentos dijo a The Independent que había patentado cerca de 90 compuestos intoxicantes sin los habituales efectos secundarios de la resaca, como sequedad de boca, dolores de cabeza y náuseas. Y aunque en un principio predijo que el alcohol sintético sustituiría al licor tradicional en 2050, está llegando mucho antes de lo esperado. Según The Guardian, el producto podría llegar a las estanterías de licores en cinco años.
«Podemos probarlo cuando queramos», dijo al medio. «Probamos un montón de posibles compuestos para tratar de encontrar los que tienen más probabilidades de funcionar. Sería deshonesto gastar millones de libras en algo cuando no tienes ni idea de si hace lo que quieres.»
Según Food & Wine, Nutt comenzó a explorar el concepto en 2005 tras investigar cómo el alcohol impacta en los receptores cerebrales. Y aunque se ha enfrentado a su buena dosis de escépticos, el inventor sigue adelante. Junto con sus socios comerciales, Nutt está trabajando para recaudar 26 millones de dólares y hacer realidad su idea, denominada oficialmente Alcarelle.
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No sólo ha probado el alcosintético, sino que Nutt se ha convertido en un coctelero aficionado. Él combina la sustancia con zumo de frutas para enmascarar el, um, intenso sabor. Sin embargo, el equipo también está deseando que los profesionales se atrevan a servir el Alcarelle. «Creemos que una vez que esté aprobado y en el mercado vamos a ver una increíble y maravillosa explosión de creatividad», añade David Orren, socio de Nutt. «La industria de las bebidas emplea a gente realmente creativa».