El café es una parte importante de nuestras vidas, y los números lo respaldan. Los estadounidenses son los principales consumidores de café del mundo, con un gasto total de 40.000 millones de dólares al año y una estimación de 1.100 dólares al año por bebedor de café. Con un crecimiento anual del siete por ciento, las cafeterías son el segmento de la industria alimentaria que más rápido crece.
Si bien se cree que el café mejora el estado de ánimo, reduce el riesgo de ciertas enfermedades y nos hace más agudos, también puede tener sus inconvenientes. Más allá de las calorías añadidas por el azúcar o el insomnio tras un exceso de consumo, también hay problemas estéticos.
Como cada vez somos más los que visitamos al dentista en busca de una sonrisa blanca y reluciente, hay que preguntarse: ¿el café mancha los dientes? La respuesta es sí.
El café, al igual que el té, el vino, el chocolate y las bayas, puede provocar una decoloración extrínseca. Se trata de manchas amarillentas que afectan sólo al esmalte dental -la superficie exterior del diente-, a diferencia de la decoloración intrínseca, que comienza en el interior del diente y puede ser causada por un traumatismo o el uso de ciertos antibióticos durante la infancia. Esto da lugar a un aspecto grisáceo.
El esmalte dental puede parecer plano y liso, pero contiene agujeros microscópicos que atrapan fácilmente la comida y la bebida. Los artículos que contienen altos niveles de pigmento y ácido -como el café- son aún más propensos a manchar los dientes. Con el tiempo, esto puede hacer que los dientes parezcan amarillos o marrones.
No reduzca el consumo de café con leche todavía. Puedes hacer pequeños cambios para minimizar las manchas, como beber tu café helado (o caliente) con una pajita. Además, añadir leche o nata al café aclarará el color y, por tanto, reducirá las manchas. Después de beber café, enjuágate la boca con agua y cepíllate los dientes poco después.
¿El café ya ha opacado tu sonrisa? Hable con su dentista sobre las opciones de blanqueamiento, que pueden incluir pasta de dientes, kits caseros o tratamientos en el consultorio. Su plan de seguro podría incluso cubrir el blanqueamiento cosmético.