La publicidad política dio un gran salto de sofisticación con la campaña presidencial de Lyndon Johnson en 1964. Los demócratas por fin consiguieron que una agencia de publicidad de primera línea -Doyle, Dane, Bernbach (DDB)- produjera una campaña. DDB se había hecho un nombre produciendo publicidad evocadora para Volkswagen y Avis, alejándose del eslogan repetitivo de la filosofía de Rosser Reeves «Unique Selling Proposition». El atractivo emocional de DDB era adecuado para una campaña de Johnson que pretendía recordar a los votantes la labor de la administración en la lucha contra la pobreza y la provisión de Medicare, al tiempo que aprovechaba el miedo a las opiniones del oponente republicano Barry Goldwater sobre las armas nucleares. La campaña sigue considerándose una de las mejores de la historia, y el famoso anuncio «Daisy», en el que el recuento de pétalos de flores de una niña es sustituido por una cuenta atrás de una explosión atómica, se considera un clásico.
También es significativo en 1964 el lanzamiento de la carrera política de Ronald Reagan. Reagan captó la atención de los republicanos conservadores en un discurso televisado de apoyo a Goldwater.