¿De qué trata El Rey León y por qué debería importarme?

Para muchos de nosotros, El Rey León no es precisamente el primer título en el que pensamos cuando pensamos en «estudios cinematográficos». Al fin y al cabo, ¿qué podrían tener que ver todos esos VHS polvorientos que tienes en el sótano con cosas serias con mayúsculas como la academia y la interpretación crítica?

La respuesta es: mucho. El Rey León es algo más que un dibujo animado para que los niños de 6 años lo vean mientras se atiborran de palomitas de maíz y de Milk Duds -aunque es totalmente eso también-. El Rey León es una sofisticada fábula moral sobre la familia, el poder y la redención.

Por un lado, esta película para niños está basada en la que quizá sea la obra de Shakespeare más famosa (y más estudiada): Hamlet.

Tanto la obra maestra del Bardo como el éxito de los 90 del viejo Walt siguen la misma trayectoria: el joven príncipe ama a su padre, su padre es asesinado por su tío, el joven príncipe se venga de su tío. Sólo que Hamlet es mucho más deprimente y no tiene el mismo número de canciones de amor de Elton John.

No todos los días te encuentras con un dibujo animado de Disney que tiene raíces temáticas en una gran obra de la literatura inglesa, pero entonces, El Rey León no es un dibujo animado de Disney cualquiera. Es uno de los más famosos, una joya indiscutible de la corona Disney.

Pero, dejando de lado los divertidos números musicales y las similitudes con Hamlet, El rey león consigue dar un eficaz golpe dramático por derecho propio. Como historia sobre el poder duradero del amor y la lealtad a la familia, esta película devolvió al público la fe en los valores de mediados de la década de 1990.

El Rey León se estrenó en 1994, tres años después del final de la participación estadounidense en la Guerra del Golfo Pérsico. Estados Unidos estaba en la cúspide de su poderío militar e industrial, la economía estaba en auge y estaba naciendo una nueva generación de millennials. Era una época de comodidad y seguridad, y muchos estaban ansiosos por ver eso reflejado en su entretenimiento.

Y El Rey León hizo precisamente eso. Esta película trata de un reino superidílico que pasa por un periodo de desdicha (boo, Scar) y se recupera enseguida; basta con comparar las Tierras del Orgullo con el pueblo de mente estrecha de La Bella y la Bestia. Trata de la importancia de la familia por encima de casi todo lo demás; compara el arco del personaje de Simba con la decisión de Ariel de abandonar su hogar en La Sirenita. Trata de la naturaleza justa de un gobierno establecido: Mufasa no es como el torpe sultán de Aladino.

Cuando todo parecía tranquilo en casa, cada vez más estadounidenses se contentaban con mensajes como estos. En muchos sentidos, El Rey León fue un producto de su tiempo, lo que significa que estudiar El Rey León no es sólo estudiar una película sobre un jabalí pedorro y su compañero cachorro de león. Se trata de estudiar los Estados Unidos durante la década de 1990.

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