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El riesgo de sufrir un aborto espontáneo aumenta con cada semana de consumo de alcohol al principio del embarazo, independientemente de la cantidad consumida, según un estudio publicado en la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology.
«Desde hace tiempo se aconseja abstenerse de consumir alcohol en torno a la concepción o durante el embarazo por muchas razones, entre ellas la de prevenir el síndrome de alcoholismo fetal», dijo en un comunicado de prensa la doctora Katherine Hartmann, vicepresidenta de Integración de la Investigación en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.
A pesar de esto, Hartmann dijo que muchas personas consideran que el consumo modesto de alcohol es seguro durante este tiempo.
«Por esta razón, nuestros hallazgos son alarmantes», dijo. «Los niveles de consumo que las mujeres, y algunos proveedores de atención, pueden creer que son responsables son perjudiciales, y no se puede sugerir ninguna cantidad como segura en relación con la pérdida del embarazo.»
Hartmann y sus colegas evaluaron a las participantes en un estudio de cohorte prospectivo basado en la comunidad, que incluyó a mujeres de ocho regiones metropolitanas de Estados Unidos que se inscribieron entre 2002 y 2012.
Las mujeres de 18 años o más fueron reclutadas antes de las 12 semanas de gestación. Completaron entrevistas de admisión al inicio y de nuevo durante su primer trimestre.
Durante la entrevista del primer trimestre, las mujeres reportaron información detallada sobre su consumo de alcohol en los 4 meses anteriores, incluyendo si habían cambiado su consumo de alcohol durante ese tiempo. Los investigadores determinaron la edad gestacional basándose en el último período menstrual de las participantes.
Hartmann y sus colegas corroboraron los resultados del embarazo autoinformados con datos de los registros médicos, certificados de nacimiento y registros vitales. Definieron el aborto espontáneo como la pérdida de un embarazo antes de las 20 semanas de gestación, y compararon aquellos con embarazos de más de 20 semanas de gestación.
Los investigadores evaluaron las asociaciones entre el aborto espontáneo y el consumo de alcohol, incluyendo el número de semanas expuestas, el número de bebidas consumidas por semana y el consumo compulsivo de alcohol.
En el estudio participaron un total de 5.353 mujeres, de las cuales el 49,7% declaró haber consumido alcohol al principio del embarazo. Entre las participantes, el 12% experimentó un aborto espontáneo.
Hartmann y sus colegas informaron de que la mediana de la edad gestacional en el momento del cambio en el consumo de alcohol era de 29 días.
Los investigadores descubrieron que el consumo de alcohol desde la semana 5 hasta la semana 10 del último periodo menstrual declarado por la mujer se asociaba a un mayor riesgo de aborto espontáneo, con el mayor riesgo en la semana 9.
En comparación con las que no bebían, cada semana sucesiva de consumo de alcohol durante el embarazo se asoció con un aumento del 8% del riesgo de aborto espontáneo (HR ajustado = 1,08; IC del 95%, 1,04-1,12).
Los investigadores señalaron que el riesgo observado de aborto espontáneo era acumulativo y más fuerte desde la semana 5 hasta la 10, que coincide con el momento en que se produce la organogénesis en la etapa embrionaria del desarrollo y cuando el embarazo es más vulnerable.
Además, Hartmann y sus colegas descubrieron que el riesgo de aborto espontáneo no estaba asociado con el número de bebidas consumidas cada semana, el tipo de alcohol consumido o el consumo compulsivo.
Los investigadores afirmaron que los hallazgos demuestran que ninguna cantidad de consumo de alcohol es segura durante el embarazo.
En el comunicado de prensa, subrayaron que el uso de pruebas de embarazo caseras y la interrupción del consumo de alcohol si se planea el embarazo son vitales para evitar un aborto espontáneo.
«Los esfuerzos para promover el reconocimiento temprano del embarazo y la interrupción del consumo de alcohol están justificados para reducir el riesgo de aborto espontáneo», escribieron.
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