¿Alguna vez has estado charlando con alguien en una fiesta concurrida y ruidosa, cuando de repente oyes mencionar tu nombre en otra conversación? No estabas prestando ninguna atención a esa conversación y, sin embargo, fuiste capaz de identificar inmediatamente tu propio nombre y cambiar tu atención sin esfuerzo.
¿Cómo fuiste capaz de detectar tu nombre y nada más en una conversación a la que no estabas prestando ninguna atención?
Así es como el término psicológico «Efecto Cóctel» (Cherry, 1953) obtuvo su nombre.
Nuestra capacidad de prestar atención a una sola conversación, mientras filtramos todo el resto del ruido de fondo, para luego cambiar a gusto y sintonizar con las otras conversaciones que nos rodean es notable y, a lo largo de los años, los psicólogos y los científicos han luchado para entender completamente o ponerse de acuerdo sobre cómo somos capaces de hacer esto.
Aunque el efecto cóctel se inventó para describir el comportamiento humano offline, también se puede observar en el entorno online.
Imagina que estás utilizando una página web y, de repente, ves tu nombre destacado en la página. Una vez que tus ojos lo ven, inmediatamente se centran y le prestan atención. Este es el mismo efecto pero utilizando la entrada visual en lugar de la auditiva de los sentidos.
Esto tiene similitudes con la forma en que los usuarios escanean los sitios web en función de su objetivo o tarea final.
Atención selectiva
Si estás pensando en comprar un coche rojo, de repente empezarías a ver coches rojos por todas partes – online y offline. Podrías pensar que ha habido un aumento de coches rojos en las carreteras, pero en realidad, siempre han estado ahí, es sólo que no les estabas prestando atención. Somos selectivos en lo que prestamos atención. Tenemos que serlo, porque nuestro cerebro no puede prestar atención a todo, sería demasiada sobrecarga cognitiva hacerlo.
En este escenario, como nos interesan los coches rojos, si vemos un texto en una web sobre «coches rojos» o imágenes que muestren coches rojos, nuestra atención se dirige a ellos.
Por eso, en el diseño de las webs, hay que pensar en los objetivos del usuario. Qué es lo que buscan? Qué va a resonar en ellos? ¿Qué copia va a llamar su atención porque resuena con sus intereses y necesidades?
Cambiar la atención
Pensemos por un momento en el cóctel en el que estabas. En cuanto escuchaste tu nombre en la otra conversación ¿qué hiciste? Probablemente dejaste de prestar atención a la conversación en la que estabas inmerso y pasaste a centrarte en la nueva conversación.
Por lo tanto, a pesar de que la conversación anterior contaba con toda tu atención, fuiste capaz de redirigir tu atención a otra fuente que tu cerebro consideró más importante. Esto se debe a que tus sentidos están siempre «encendidos», siempre atentos a cosas que pueden ser importantes para mantenerte a salvo. Esto se remonta a nuestros días de cavernícolas y a la forma de pensar del sistema 1.
Sin embargo, no es sólo la personalización lo que capta nuestra atención. Hoy en día nos bombardean con cosas que compiten por nuestros recursos cognitivos todo el tiempo. Alertas en el móvil, anuncios intermitentes, sonidos, mensajes, notificaciones, correos electrónicos…. Demasiados y se sienten abrumadores, convirtiéndose en una fuente de estrés en lugar de un recordatorio útil.
¿Cómo puede el cóctel ayudar al diseño UX?
El efecto cóctel es un ejemplo de un fenómeno natural que se produce de manera increíblemente eficiente y sin problemas. Nuestro cerebro simplemente sabe cuándo tiene que cambiar la atención en el momento adecuado. ¿Y si, en lugar de bombardear a los usuarios con constantes alertas, utilizamos los principios del efecto cóctel para crear experiencias de notificación intuitivas? Experiencias que sólo atraigan la atención en el momento adecuado y de una forma que resulte natural.
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