¿Qué es la encefalitis japonesa?

La encefalitis japonesa es una enfermedad vírica que se transmite por un tipo concreto de mosquito. La encefalitis es una inflamación generalizada del cerebro con muchas causas, una de las cuales es la infección. El virus que causa la encefalitis japonesa -un flavivirus- puede afectar tanto a los animales (cerdos y aves) como a los humanos. En los humanos, puede causar la inflamación del cerebro (encefalitis) y de las membranas que lo cubren. La única forma de contraer este virus es ser picado por un mosquito infectado. No se transmite de persona a persona.

¿Dónde se produce la encefalitis japonesa?

La encefalitis japonesa es la principal causa de encefalitis vírica en muchos países de Asia. La mayoría de las infecciones se producen en China, Corea, el sudeste asiático y el subcontinente indio. Los mosquitos que transmiten esta infección (mosquitos Culex) suelen criar en zonas rurales y agrícolas, sobre todo en campos de arroz inundados. Se han dado algunos casos de encefalitis japonesa en Australia, en las Islas del Estrecho de Torres y en la Península del Cabo York.

Síntomas

La mayoría de las personas infectadas por el virus de la encefalitis japonesa sólo presentan síntomas leves, como fiebre y dolor de cabeza. Los síntomas suelen aparecer entre 5 y 15 días después de infectarse.

Alrededor de una de cada 200 personas infectadas presenta una enfermedad grave. Estas personas pueden experimentar:

  • fiebre alta;
  • dolor de cabeza;
  • rigidez de cuello;
  • convulsiones (ataques);
  • confusión;
  • parálisis; y
  • coma.
    • Alrededor del 30% de las personas que padecen la forma grave de la enfermedad morirán, y hasta la mitad de los que sobreviven tendrán daños duraderos en el cerebro y el sistema nervioso. Si tiene encefalitis japonesa mientras está embarazada, puede tener un mayor riesgo de aborto involuntario.

      ¿Cómo puedo contagiarme de encefalitis japonesa?

      Si va a viajar a un país donde la encefalitis japonesa es frecuente, su riesgo de contagio varía, dependiendo de la región que planea visitar, la duración de su estancia y la estación del año.

      Los viajeros que visitan zonas urbanas tienen pocas probabilidades de infectarse, mientras que las personas que permanecen en zonas rurales durante un periodo prolongado (un mes o más) tienen el mayor riesgo. Si visita zonas rurales, especialmente donde hay campos de arroz inundados, y tiene previsto pasar mucho tiempo al aire libre (especialmente al atardecer o después de oscurecer), también tiene un mayor riesgo de infectarse, aunque su estancia sea breve. Viajar durante una estación de transmisión (época del año en la que se producen más infecciones) también aumenta el riesgo de infección.

      Las posibilidades de contraer el virus de la encefalitis japonesa son las mismas para los viajeros de todas las edades, pero las personas mayores pueden tener un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave.

      Tratamiento de la encefalitis japonesa

      Desgraciadamente, no existe un tratamiento específico que pueda curar la encefalitis japonesa. Las personas que experimentan la forma más grave de la enfermedad necesitarán ser tratadas en el hospital. Por eso es tan importante la prevención.

      Prevención con inmunización

      La inmunización es una forma eficaz de prevenir la encefalitis japonesa en las personas que viajan a las zonas afectadas.

      Inmunización para viajeros al extranjero

      La inmunización no es necesaria para todas las personas que planean viajar a Asia. Debe vacunarse si tiene previsto pasar un mes o más en una zona afectada durante la temporada de transmisión, especialmente si va a viajar a zonas rurales. La vacunación también puede ser necesaria si va a pasar menos tiempo en una zona rural, pero va a estar al aire libre durante gran parte del tiempo.

      También se recomienda la vacunación a los viajeros que tengan intención de pasar un mes o más en Papúa Nueva Guinea, especialmente si viajan durante la estación húmeda.

      Vacunación para los residentes del Extremo Norte de Queensland

      Se recomienda la vacunación contra la encefalitis japonesa a todos los residentes (mayores de un año) de las islas exteriores del Estrecho de Torres. También se recomienda la vacunación a los no residentes que tengan intención de vivir o trabajar en las islas exteriores del Estrecho de Torres durante un total acumulado de 30 días o más durante la estación húmeda (de diciembre a mayo).

      Cómo vacunarse

      Es necesario administrar varias dosis de la vacuna a lo largo de un mes para estar suficientemente protegido contra la encefalitis japonesa. También es posible que necesite una inyección de refuerzo cada 3 años para mantenerse protegido contra el virus. Compruebe con su médico o clínica de salud para viajeros si debe vacunarse antes de viajar, y recuerde que la vacuna generalmente sólo está disponible en las clínicas de viajes y en algunas consultas médicas.

      Si necesita vacunarse, debe recibir la última dosis al menos 10 días antes de viajar, para asegurar una inmunidad adecuada antes del viaje, así como el acceso a los servicios médicos en caso de que tenga una reacción tardía a la vacuna.

      Alrededor del 40% de las personas tienen una reacción leve a la vacuna. Los síntomas pueden incluir sensibilidad en el lugar de la inyección, fiebre, dolores de cabeza y/o musculares. Las reacciones alérgicas graves, que pueden producirse en cuestión de minutos o hasta una semana después de la vacunación, son poco frecuentes.

      ¿Qué más puedo hacer para protegerme de la infección?

      Aunque te hayas vacunado, es importante que tomes precauciones para evitar las picaduras de mosquitos mientras viajas. Recuerde utilizar repelente de mosquitos, llevar ropa protectora (camisas holgadas de manga larga y pantalones largos) y tratar de permanecer en el interior durante el crepúsculo y al anochecer. Si su alojamiento no dispone de mosquiteras o aire acondicionado, utilice una mosquitera, así como espirales antimosquitos e insecticidas en aerosol cuando sea necesario.

      Dependiendo del lugar al que viaje, protegerse contra las picaduras de mosquitos también puede ayudar a evitar que se infecte con otras enfermedades que transmiten los mosquitos, como la malaria y el dengue.

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