Todos hemos escuchado el dicho «una vez que un infiel siempre es un infiel», y muchas mujeres despechadas lo creen a pies juntillas. Por otro lado, también se cree y se difunde que la gente puede cambiar. Algunos dicen que la gente cambia, pero no los infieles. Entonces, ¿es cierto que una vez que un infiel siempre es un infiel?
Los estudios demuestran que el engaño es más común de lo que la mayoría de la gente piensa. Significa eso que una vez que un tramposo siempre es un tramposo? No exactamente. Parece que el hecho de que la gente engañe o no tiene más que ver con si su relación satisface sus necesidades que con el carácter del infiel. Alrededor del 22% de los hombres y el 13% de las mujeres admiten haber sido infieles en sus relaciones. Los investigadores también descubrieron que las personas que dicen ser felices en su matrimonio siguen siendo infieles. ¿Es porque antes eran infieles y simplemente tienen que engañar?
¿Una vez un infiel siempre un infiel?
Los expertos dicen que no. Los asesores de relaciones han visto a muchas parejas perseverar en el engaño y que el infiel no vuelva a hacerlo. Por otro lado, lo contrario ocurre con la misma frecuencia. Según algunos estudios, alguien que ha engañado antes tiene 3 veces más probabilidades de volver a engañar en su siguiente relación. ¿Les gusta el resultado de engañar o lo ven como una salida?
Independientemente de por qué los infieles vuelven a engañar, parece que tiene cierta validez la idea de que una vez que se es infiel siempre se es infiel. Pero no es así para todos. Los infieles no siempre vuelven a engañar. A algunos les invade el sentimiento de culpa y otros engañaron por una buena razón. Algunos llegan a dejar a sus parejas en favor de la pareja con la que engañaron. No hay duda de que ser engañado duele y se siente como una traición, pero con tanta gente haciéndolo, algunas parejas cuestionan la validez de las expectativas de las relaciones por completo.
Una vez que una persona engaña – es más probable que lo haga de nuevo
Una vez que un tramposo siempre es un tramposo no es cierto para todos. Algunos infieles aprenden de sus errores y permanecen fieles por el resto de sus vidas. Los que cambian su forma de actuar son pocos y distantes entre sí, según algunas fuentes. Las estadísticas muestran que es más probable que una persona engañe una vez que ha engañado antes. Así que, aunque no son todos los tramposos, es cierto que una vez que una persona es tramposa, es más probable que haga trampas.
Según los científicos, hay una buena razón para ello. Después de haber engañado y mentido, nuestro cerebro comienza a reconocer ese comportamiento como una opción. Cuantas más mentiras se digan, más se normaliza decir mentiras. Lo mismo ocurre con el engaño (y la mentira para encubrirlo). Algunos investigadores creen que una vez que traicionar y mentir a las personas que amas se convierte en parte de una vida y una relación normal, puede ser muy difícil ver que está mal.
Esto no es una prueba definitiva de que el dicho «una vez que se es infiel, siempre se es infiel» es cierto, pero sí significa que estar atento a las banderas rojas sigue siendo una buena idea.