Dependiendo de la edad de la paciente, puede ser normal tener algo de flujo vaginal incluso después de una histerectomía. Con una secreción normal o fisiológica, debe ser inodora, de color blanco a ligeramente blanquecino y asintomática.
Es importante entender que diferentes pacientes producen diferentes cantidades de secreciones vaginales. En un grado significativo, en las pacientes que todavía tienen el útero y el cuello uterino, el cuello uterino produce una cantidad significativa de moco que puede variar dependiendo de qué momento del mes es, si la paciente está embarazada y otros factores.
Como regla general, la cantidad global de secreciones vaginales tiende a ser menor después de la histerectomía que antes, ya que el cuello uterino se extirpa con mayor frecuencia en el momento de la cirugía.
Una paciente puede seguir desarrollando una infección vaginal después de la histerectomía, como cándida (hongos), vaginosis bacteriana y tricomoniasis. Éstas suelen dar lugar a un aumento de la cantidad de flujo vaginal. Esto debe ser evaluado por el médico de la paciente, especialmente si hay picor, olor o cualquier irritación. Tampoco se deben utilizar nunca duchas vaginales, ya que esto puede provocar un cambio en el equilibrio químico y microbiológico de la vagina, lo que llevaría a una infección y/o a una irritación.
Hay que tener una consideración especial con respecto a las 4-6 semanas inmediatamente posteriores a una histerectomía, especialmente cuando se ha extirpado el cuello uterino. En este caso, habrá un cierto número de suturas (puntos) en la parte superior del canal vaginal que tardan en disolverse. Hasta que se hayan disuelto por completo, pueden provocar un flujo adicional ligeramente amarillento. Esto no debe asociarse a síntomas irritantes y se resolverá por sí solo con el tiempo.