Bali -el oasis de yoga del sudeste asiático de la famosa serie «Comer, rezar, amar»- atrae a más de 6 millones de visitantes internacionales al año. Es un paraíso para los jóvenes que viajan en solitario durante sus años sabáticos, lo que demuestra la seguridad general de la isla indonesia. Sin embargo, esto no quiere decir que Bali esté totalmente libre de incidentes. Como cualquier destino turístico, también es un imán para los carteristas y los ladrones. Además, las carreteras balinesas son notoriamente peligrosas, ya que son caóticas y a menudo no están bien mantenidas. Al estar situada en el Anillo de Fuego (una falla sísmica en la cuenca del océano Pacífico), la isla es especialmente vulnerable a los tsunamis.
Avisos de viaje
El Departamento de Estado de EE UU ha emitido avisos de viaje para Indonesia debido al terrorismo y a los desastres naturales. «Los terroristas pueden atacar con poco o ningún aviso, apuntando a estaciones de policía, lugares de culto, hoteles, bares, clubes nocturnos, mercados/centros comerciales y restaurantes», señala la advertencia. «Las catástrofes naturales, como los terremotos, los tsunamis o las erupciones volcánicas, pueden provocar interrupciones en el transporte, las infraestructuras, el saneamiento y la disponibilidad de los servicios sanitarios.»
¿Es Bali peligrosa?
Aunque Bali es lo suficientemente segura como para visitarla en un viaje corto, los terremotos y los tsunamis son una gran preocupación. En 2018, Indonesia en su conjunto sufrió 2.000 desastres naturales, que se cobraron casi 4.000 vidas, desplazaron a 3 millones de personas y dejaron gran parte del país en estado de devastación. Dado que el turismo representa más de una cuarta parte del producto interior bruto de Bali, tus vacaciones pueden ayudar a impulsar la economía, pero ten en cuenta el riesgo de los desastres naturales y los daños que ya han causado.
Los riesgos adicionales para los viajeros incluyen la delincuencia selectiva, como los robos y los carteristas. El terrorismo es un problema en todo el país, pero el Departamento de Estado de EE UU no cita a Bali como epicentro del mismo. Las carreteras son notablemente peligrosas, ya que una cuarta parte de las colisiones registradas en Bali resultan mortales, y para empeorar las cosas, el alquiler de scooters se ha convertido en una actividad turística popular sin mucha formación ni precaución. Los extranjeros resultan heridos en accidentes de tráfico en Bali (ya sea como peatones, pasajeros o los propios conductores) todo el tiempo.