Escopofobia – Miedo a ser mirado

Una estudiante llamada Frances está a punto de dar una presentación frente a una gran audiencia. Mientras se prepara para hablar, es consciente de que la gente la mira y escudriña cada uno de sus movimientos. Aunque está bien preparada, a Frances le cuesta concentrarse. Su mente se inunda de pensamientos negativos. Se sonroja, empieza a temblar y siente la necesidad urgente de salir de la sala. Está convencida de que la gente la observa y juzga su torpeza, mientras que en realidad nadie se da cuenta.

Este tipo de ansiedad se llama escopofobia.

¿Qué es la escopofobia?

La escopofobia es un miedo a cualquier tipo de atención visual, como ser mirado o ser fotografiado, por ejemplo. Otros nombres para la escopofobia son escoptofobia y oftalmofobia.

El término escopofobia se mencionó por primera vez en 1906 en la revista psiquiátrica The Alienist and Neurologist, unos años después de que el psiquiatra francés Pierre Janet describiera el miedo irracional a ser observado en algunos de sus pacientes.

La escopofobia es una fobia social o un trastorno de ansiedad social desencadenado por las interacciones interpersonales. La ansiedad empeora en situaciones sociales que implican grandes multitudes, como hablar en público. Las personas con escopofobia a menudo no sólo se sienten aterrorizadas por las miradas de extraños, sino también por las de personas que conocen bien, incluidos amigos y familiares. Es más, el miedo está presente incluso cuando la atención de los demás no es negativa.

Aunque tener cierta ansiedad social no es inusual, el miedo relacionado con la escopofobia es desproporcionado en comparación con el riesgo real. Un simple pensamiento de ser mirado puede ser suficiente para causar un ataque de pánico en toda regla. Aunque no haya peligro, el cuerpo entra en el modo de lucha o huida, liberando adrenalina y haciendo que la persona se sienta extremadamente estresada.

El miedo a ser mirado es un tipo de fobia único. Se considera tanto una fobia social -porque tiene lugar en un entorno social- como una fobia específica, ya que se centra en un tipo concreto de interacción y se manifiesta en un miedo detallado.

¿Entonces qué desencadena la escopofobia?

Los desencadenantes de la escopofobia dependen de la gravedad de la ansiedad. Mientras que algunos individuos se ven afectados sólo en circunstancias extremas, como hablar delante de grandes grupos, las personas que sufren de escopofobia severa temen constantemente ser observadas. Sus intensas reacciones pueden desencadenarse cada vez que están rodeados de otras personas.

¿Cuáles son los síntomas de la escopofobia?

Como todas las fobias, la escopofobia es el resultado de un proceso de pensamiento exagerado que provoca una reacción emocional en cadena. La escopofobia va acompañada de una serie de síntomas físicos y psicológicos, que incluyen:

  • sonrojo
  • sudoración excesiva
  • aumento del ritmo cardíaco
  • inquietud
  • temblores o temblores incontrolables
  • hiperventilación
  • .

  • Tensión muscular
  • Mareos y náuseas
  • Confusión y dificultad para concentrarse
  • Sensación irracional de pánico
  • Para colmo, las personas que experimentan escopofobia pueden sufrir otras fobias relacionadas como el miedo a ruborizarse (eritrofobia) o el miedo a hablar en público (glosofobia). Estas fobias, a su vez, también desencadenarán un conjunto de síntomas como palpitaciones y náuseas.

    Muchas personas que sufren de escopofobia evitan exponerse a cualquier situación en la que exista la probabilidad de ser observados. A menudo se niegan a participar en actividades sociales, por miedo a que el encuentro con otras personas desencadene sus ansiedades. Como consecuencia de tener poco o ningún contacto social, estos individuos suelen ser más propensos a la depresión.

    ¿Qué causa la escopofobia?

    Diversas condiciones pueden causar escopofobia.

    Genética

    La genética puede desempeñar un papel en la ansiedad social, aunque no es la causa más común de la escopofobia. Las personas con antecedentes familiares de trastorno de ansiedad social tienen un mayor riesgo de desarrollarlo ellas mismas.

    Experiencias negativas tempranas

    Muchas fobias, incluida la escopofobia, son desencadenadas por una experiencia traumática en la primera infancia. Los estudios demuestran que los niños que han experimentado el ridículo en público, el acoso o el abuso son más propensos a desarrollar el miedo a ser mirado fijamente más adelante en la vida.

    Deformidad física

    Una persona con deformidades físicas causadas por una enfermedad o lesión es más propensa a que la miren fijamente y puede desarrollar con el tiempo el miedo a ser observada. En general, los individuos con baja autoestima debido a una imagen corporal negativa tienen un mayor riesgo de padecer escopofobia.

    Condiciones neurológicas

    Algunas personas con epilepsia, esquizofrenia, trastornos del espectro autista o síndrome de Tourette pueden desarrollar escopofobia. Tienen miedo de que ser mirados fijamente pueda desencadenar un episodio o temen que tener un episodio provoque una atención no deseada.

    ¿Cómo manejar la escopofobia?

    Si no se trata, la escopofobia puede empeorar con el tiempo. En casos extremos, tendrá un impacto severo en la vida de una persona. Los psicoterapeutas utilizan varios métodos diferentes para ayudar a las personas que sufren de escopofobia a manejar sus ansiedades.

    Desensibilización sistemática

    Una de las estrategias más comunes utilizadas en el manejo de fobias específicas como la escopofobia es la desensibilización sistemática, también llamada terapia de exposición graduada. Esta terapia combina técnicas de relajación con la exposición progresiva con el fin de ayudar a los pacientes a conquistar lentamente la fobia.

    Los pacientes se enfrentan a escenarios relacionados con la fobia en su jerarquía de miedo, desde el menos amenazante (una foto de alguien mirando fijamente) hasta el más temido (las circunstancias reales que provocan el miedo). Una vez que se sienten cómodos con un paso, pueden avanzar hasta que estén preparados para enfrentarse a la situación más aterradora.

    Terapia cognitivo-conductual (TCC)

    La terapia cognitivo-conductual combina la terapia de exposición graduada con el aprendizaje de los mecanismos del miedo. Ayuda a los pacientes a controlar sus pensamientos y sentimientos, permitiéndoles reemplazar la sensación de estar abrumados por la confianza. La terapia implica comprender y cambiar las creencias y pensamientos que conducen a la fobia.

    Hipnoterapia

    La hipnoterapia o terapia de sugestión es una forma eficaz de tratar muchos tipos de fobias. Se basa en la capacidad de la mente para realizar cambios mediante el uso de sugestiones con frases positivas. El proceso permite a los pacientes descubrir la causa subyacente de su miedo y suprimir la respuesta negativa automática a los estímulos.

    Meditación

    La meditación puede ayudar a controlar las ansiedades asociadas a fobias específicas y la escopofobia no es una excepción. La meditación permite controlar los síntomas físicos de la ansiedad como la hiperventilación, el aumento del ritmo cardíaco, los mareos y la tensión muscular. Esto se consigue mediante técnicas de relajación y ejercicios de respiración, en los que el miedo se sustituye por un estado de calma.

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