Como transplantado de Ontario relativamente reciente, mi conocimiento práctico de Windsor es limitado.
Lo que sabía de la ciudad fronteriza, al embarcarme en esta misión de descubrir por qué la gente vive allí, era que Stephen Colbert la apodó el «peor lugar de la tierra» y más tarde el «recto de la tierra.»
Una rápida búsqueda en Google me llevó a foros online llenos de otras etiquetas halagadoras que describían a Windsor como el «sobaco» de Canadá/Ontario, un lugar conocido por los robos de coches, el tráfico de drogas y la «cultura 0». Una persona señaló de forma bastante poética: «Windsor huele a juventud americana desesperada mezclada con sucias putas canadienses», mientras que un estudiante de la Universidad de Windsor dijo: «La ciudad puede oler… y la universidad puede ser una mierda… pero a quién le importa una vez que estás borracho». Bastante justo.
La caída de la otrora floreciente industria del automóvil ha provocado un desempleo galopante, con una reducción del 30 por ciento de los puestos de trabajo en el sector manufacturero durante la última década, y es probable que esté detrás de la reputación de Windsor de ser una ciudad tosca.
Sin embargo, no todo puede ser malo. Después de todo, Windsor es el hogar de más de 200.000 personas, así que debe haber algo que los mantenga cerca. En 2014, la ciudad incluso se situó en el puesto 162 de la lista de «Mejores lugares para vivir» de la revista MoneySense (para contextualizar, Toronto y Vancouver quedaron en el puesto 32 y 39, respectivamente). Con el fin de conocer mejor esta ciudad tan criticada, me puse en contacto con un grupo de habitantes de Windsor para que me contaran algunos de sus principales atractivos:
Está cerca de Detroit
Casi todos los que entrevisté elogiaron la proximidad de Windsor a Detroit (les separan unos 3 kilómetros) como una gran ventaja, si no la única.
Algunas de las mejores vistas de la ciudad son del horizonte de Detroit, y es donde los residentes obtienen su dosis de música/cultura de la gran ciudad.
«No creo que siguiera aquí si no fuera por Detroit», afirma Murad Erzinclioglu, de 32 años, que dirige el departamento de música de la emisora de radio universitaria local CJAM 99.1 y organiza el festival anual de arte FAM, que, según él, es una versión en miniatura del festival de música NXNE de Toronto.
«Sigue siendo uno de los diez mejores mercados para la música… Es la cuna del techno y de la Motown. Este tipo de cosas informan hasta cierto punto a Windsor: hay mucho que vivir.»
«Detroit es una de las mejores cosas de Windsor,
«Daniel Bombardier, de 39 años, un artista visual que dejó la ciudad para vivir en Vancouver y Toronto a los 20 años y volvió a mudarse hace 12 años.
«Puedes volar desde Detroit a cualquier parte del mundo. Eso es más o menos lo que hacemos mis amigos y yo: salir tan a menudo como podamos. El eslogan debería ser ‘Bienvenido a Windsor, un gran lugar para guardar tu mierda'»
Como artista, Bombardier dijo que se inspiró al presenciar el ascenso y la caída de Detroit de primera mano. «Me vuela la cabeza… En cuanto a las declaraciones sobre el consumismo y el capitalismo y la política, es como la primera línea de todo ello.»
Los lugareños se sienten tan unidos a su vecino estadounidense, que han apodado a Windsor, «Detroit del Sur», (de hecho, está al sur de Detroit), según el fotógrafo Kevin Kavanaugh, que pasó su infancia viendo los partidos de los Red Wings y recorriendo los locales de arte de la ciudad estadounidense.
«Somos más o menos lo mismo», dijo, aunque admitió que la relación de amor es algo desigual. «Detroit nunca pensaría en Windsor como un suburbio suyo»
Como una especie de compensación, los menores estadounidenses acuden a los clubes nocturnos de Windsor, como el Boom Boom Room, un local conocido por sus tatuajes falsos y su hierba.
La pizza
Los habitantes de Windsor están obsesionados con su pizza, y a menudo hacen afirmaciones extravagantes de que es la mejor del mundo.
Le pregunté a la estudiante de derecho de la Universidad de Windsor, Becca S., de 30 años, cuál es el secreto, a lo que respondió: «Básicamente, el pepperoni está picado en trozos pequeños. Eso es todo.»
Aún así, Becca es fiel a las tartas de su ciudad: prefiere un sitio llamado Krusty’s, donde el dueño «suena como Krusty el payaso» y la llama con apodos como «ángel, princesa o bebé».»
Se apresuró a criticar la reciente clasificación mundial de pizzas de Condé Nast Traveler, que situaba a Edmonton en el octavo lugar del mundo (Windsor no estaba en la lista). «Es una mierda», dijo. «Windsor es la capital de la pizza de Canadá, fin de la historia»
Hogar de la mejor pizza de Canadá, aparentemente. Foto vía Salma Abumeeiz
Bob Abumeeiz, propietario de la pizzería Arcata, una institución de Windsor desde hace más de 60 años, dijo que una pareja local que se mudó a Regina pagó 140 dólares por enviar una de sus pizzas a su nuevo hogar durante la Super Bowl del año pasado. Lo que está de moda ahora es la pizza shawarma de Arcata, una combinación de pasta de ajo, albahaca y carne marinada durante 48 horas; hace poco se gastaron 80 libras de pollo en dos días.
Preguntado por su opinión sobre el ranking de pizzas de Edmonton, dijo que quiere lanzarse a algún tipo de competición.
«Soy el primero en apuntarme», dijo. «No tengo miedo a perder»
Strip Clubs Galore
La ciudad de Windsor en realidad dejó de dar nuevas licencias de striptease porque ya hay muchos de los establecimientos alrededor, incluyendo Leopard’s Lounge, un lugar conocido por reclutar chicas universitarias prometiendo pagar sus matrículas y organizar lanzamientos de enanos ofensivos.
Cuando este último evento tuvo lugar en febrero, de vuelta por la demanda popular, el propietario del club, Sam Katzman, dijo a VICE: «Pensamos en Leopard’s Lounge como el hogar de Canadá para el lanzamiento de enanos». (El evento provocó la ira de la Gente Pequeña de Canadá, que inició una petición para detenerlo.)
Dean Scott, de 27 años, editor del Windsor Independent, cubrió el lanzamiento para VICE y dijo: «Fue un poco jodido hablar con algunas de las personas del público y ver cuánta alegría y deleite encontraron en él.» Eso incluye a un albertino que voló para verlo, a pesar de haberse saltado cinco navidades familiares seguidas porque no quería pagar el billete de avión.
Scott me dijo que la fijación de Windsor con la pizza y los clubes de striptease son parte de su esfuerzo «por buscar cualquier cosa a la que agarrarse como fuente de orgullo.» Citó el entusiasmo por el escándalo del arbusto del pene de 2013 como otro ejemplo de ello.
_El arbusto del pene de Windsor llevaba colgado desde julio. Ayer mismo lo quitaron. R.I.P. http://t.co/snUInV1Gv9http://t.co/P4ENUc9a53)- Isaac (@WorldofIsaac)_ 18 de octubre de 2013
Es barato de cojones
Mientras que los que vivimos en las grandes ciudades a veces nos vemos obligados a alquilar literalmente cajas para salir adelante, no es raro que los jóvenes de Windsor sean propietarios de varias viviendas.
Kavanaugh me dijo que tiene tres propiedades, incluida una casa/estudio fotográfico que comparten él y su mujer, y que está en proceso de adquirir otra. Y aunque el mercado no está tan caliente como el de Vancouver o Toronto, dijo que de vez en cuando hay «guerras de ofertas» en barrios progresistas muy solicitados.
Después de volver a mudarse a Windsor, Bombardier convenció al propietario de un edificio para que le dejara vivir y trabajar en un apartamento a cambio de pagar los impuestos de la propiedad del tipo -unos 700 dólares al mes-. El acuerdo le permitió ahorrar y comprar su propio espacio de 5.000 pies cuadrados en el centro de la ciudad por 100.000 dólares.
También ha sabido aprovechar la quiebra de la industria automovilística utilizando viejas máquinas y fábricas para hacer arte.
«Haremos una línea de producción de piezas de arte», dijo.
Todos los empresarios con los que hablé dijeron que Windsor tiene dos características cruciales necesarias para el éxito: Es asequible y algo carente de todo, por lo que las posibilidades de tener una idea original son mucho mayores que en ciudades más grandes y cultas.
Escena de hierba
Una de las reseñas más positivas que encontré calificó a Windsor como la «Ámsterdam de los pobres», con su abundancia de hierba y clubes de striptease.
Hay algo de verdad en esa apreciación. Windsor ha abierto recientemente el mayor salón de vapor de Norteamérica -y posiblemente del mundo-, según su propietario, Jon Liedtke, de 27 años.
Albergado en un antiguo club nocturno de 6.000 pies cuadrados, Higher Limits tiene una tienda de pipas y otra parafernalia para fumar, un bar de herradura con vaporizadores de volcán, una estación de dab, juegos de arcade y mesas de billar. «O vas a lo grande o te vas a casa», dijo Liedtke.
Está abierto a los usuarios de marihuana medicinal, aunque los empleados no pueden pedir la licencia a nadie. Las actividades temáticas para el 4/20 de la próxima semana incluirán la fabricación de «bongs artesanales» con melones.
Liedtke dijo que tanto los policías como los vecinos se han mostrado bastante tranquilos con la apertura del salón.
«La escena del cannabis está creciendo de verdad», dijo.
Windsor North, también conocido como Detroit, se ve bien en un día soleado. Foto vía Flickr user Wigwam Jones
Hay belleza en la mierda
Algunos lugareños han abrazado completamente Windsor por su encanto arenoso.
«Es como vivir en una película de David Lynch en la vida real», dijo Bombardier. «Simplemente parece que cada persona que pasa por aquí cada día es un personaje diferente, y hay alguna disfunción»
La gente empuja regularmente los carros de la compra, dijo, «como si fueran un puto accesorio.»
Desde un punto de vista artístico, dijo que no le gusta que las cosas estén limpias y brillantes y que el «aburguesamiento me dé por el culo» (tos, Vancouver), sino que prefiere estar en un lugar que haya tocado fondo y que poco a poco se esté construyendo de nuevo.
El ambiente hogareño y pueblerino, en el que todo el mundo se conoce, también fue mencionado como una de las cosas más agradables de Windsor, aunque tanto Becca como otra estudiante universitaria me dijeron que la incestuosidad apesta a la hora de salir. Por ejemplo, te tiras a una persona, «y eliminas todas las opciones por poder», dijo Becca, que se decanta por los tíos de Detroit de todos modos.
Aún así, sería injusto decir que Windsor ha conquistado a todo el mundo.
Simona Lepadatu, de 23 años, que actualmente estudia magisterio, ha vivido allí desde que era un bebé, y sus padres se mudaron «en contra de mi voluntad».»
Su lista de quejas incluye la contaminación atmosférica de las fábricas de Detroit, el ambiente desaliñado del centro de la ciudad y las nulas perspectivas de trabajo fuera de las industrias de casinos y clubes.
«Como el tránsito de la ciudad es terrible, hace que vivir aquí sea muy difícil», dijo, y añadió que los recién llegados que descubren estos defectos se deprimen y se van. Es algo que piensa hacer en cuanto se gradúe.
«Probablemente Stephen Colbert tenga razón»
La calle Ottawa, descrita por el turismo de Windsor como una «joya oculta». Foto vía usuario de Flickr Jim Cagney
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