Con el verano a la vuelta de la esquina, mientras los dobladillos suben con las temperaturas, más personas se centran en sus hábitos de salud para deshacerse de algunos kilos para los días de barco en el horizonte. Se dice que el café quita el apetito. También se rumorea que, aunque el café con cafeína puede suprimir el apetito, si quieres perder peso, quizá sea mejor que te quedes con el descafeinado, pero no te lo he dicho yo.
Esto es lo que el café hace a tu apetito:
El café contiene unos compuestos fitoquímicos llamados ácidos clorogénicos, los más abundantes de los muchos que se encuentran de forma natural en los granos de café verdes y tostados. Estos ácidos son un importante grupo de fenoles dietéticos biológicamente activos y antioxidantes. La capacidad de estos ácidos para controlar el hambre y suprimir el apetito ha llamado la atención de muchos investigadores de la obesidad y de los fabricantes de suplementos dietéticos. Los ácidos clorogénicos también se encuentran en las manzanas, las peras, las alcachofas, las fresas, la piña, el girasol y los arándanos.
Aunque el café ya tiene algunos beneficios increíbles para la salud, como los antioxidantes y los nutrientes, la próxima vez que se le antoje, busque un poco de descafeinado. Intente también optar por el café orgánico, siempre que sea posible. Se ha demostrado que el café descafeinado reduce el hambre y le lleva la delantera al café normal como supresor del apetito, debido a una proteína conocida como «PYY». El PYY es liberado por las células de su intestino grueso y ayudan a «apagar» su deseo de comer.
Beber café con moderación puede aumentar modestamente su metabolismo y reducir su deseo de comer. Sólo tenga en cuenta que el café eleva el cortisol. El cortisol elevado suprime la inmunidad, aumenta la degradación muscular vinculando a la grasa abdominal. Si quieres alcanzar tus objetivos de verano, te animo a beber con moderación.