Siempre he tenido la impresión de que una vez que llegamos a la edad adulta, nuestros cerebros dejan de producir nuevas células. Me imaginaba un cerebro, que antes era una lámpara de lava de nervios amorfos que se conectaban y desconectaban en un estado de flujo constante durante la adolescencia, que llegaba al mágico punto final de la edad adulta y de repente se quedaba estancado, con telarañas acumuladas en las esquinas. Claro, me tomé algunas licencias creativas con las imágenes, pero realmente creía que el cerebro dejaba de producir células en algún momento de nuestra adolescencia tardía/principios de los 20 años.
Según la neuróloga Ilene Ruhoy, MD y PhD, en un artículo de MindBodyGreen, el cerebro adulto puede, de hecho, generar nuevas células saludables. Sólo tiene que estar en el entorno perfecto para hacerlo.
Rebobinemos un poco, ¿vale? El nombre de la formación de nuevas células cerebrales es «neurogénesis». Según Ruhoy, es un área importante de estudio e investigación ya que «la neurogénesis adulta activa se asocia con una mayor función cognitiva a medida que envejecemos.» Eso significa que fomentar la neurogénesis podría redundar en una mejor memoria y en la prevención de enfermedades degenerativas, entre otras cosas.
Aunque la ciencia que hay detrás de la neurogénesis se complica bastante rápido, hay algunos cambios sencillos que puedes hacer para crear el entorno ideal para la neurogénesis. Pista: la mayor parte de ellos implica tomar el control de su dieta, añadiendo (o evitando) ciertos alimentos. «Los estudios demuestran los efectos perjudiciales de las dietas con alto contenido en grasas saturadas y azúcares refinados sobre la neurogénesis y la neuroplasticidad de los adultos», escribe Ruhoy. «Esto se debe a que promueven el estrés oxidativo y la neuroinflamación, lo que crea un entorno muy pobre para la neurogénesis continua. Por otro lado, los carotenoides, las vitaminas, los polifenoles, los ácidos grasos y los flavonoides pueden desempeñar un papel crucial en el apoyo a las miles de reacciones enzimáticas que se requieren para la neurogénesis efectiva y funcional.»
Ruhoy sugiere lo siguiente para promover la neurogénesis:
1. Elimina las grasas saturadas de tu dieta
2. Elimina los azúcares refinados de tu dieta
3. Incluye vitaminas E, C, B12, B2 y B9 en tu dieta
4. Come verduras de hoja verde oscura, crucíferas, uvas y bayas
5. Consume ácidos grasos poliinsaturados (se encuentran en las nueces, las nueces de Brasil, la linaza y las semillas de chía)
6. Toma una dosis diaria de extractos de semilla de uva y albahaca santa
7. Bebe un zumo matutino de cúrcuma y raíz de jengibre
8. Bebe batidos con bayas, verduras, plátano y melena de león en polvo (se trata de un tipo de hongo que se cree que estimula una proteína de crecimiento nervioso)
9. Come un trozo de chocolate negro cada día
10. Practicar el ayuno intermitente
11. Meditar a diario
12. Hacer ejercicio cada día durante 30 minutos
13. Dormir (Ruhoy dice que este «sueño reparador es crítico para la salud del cerebro)»
Estas son pautas bastante específicas, pero parece que el punto general del consejo de Ruhoy es asegurarse de que estás comiendo una dieta bien redondeada y rica en nutrientes. «Si eres capaz de hacer lo anterior al menos una parte del tiempo, estás en camino de permitir que el cerebro haga lo que mejor sabe hacer: mantener las neuronas sanas y las conexiones sanas entre las neuronas para una mejor protección cognitiva de por vida», escribe Ruhoy.