El bidi, hecho de tabaco de baja calidad, es popular entre la población rural y los pobres urbanos, en la región del sur de Asia. Los objetivos de este estudio fueron: (1) evaluar el alcance del consumo de bidi en diferentes países; (2) comparar su humo y los riesgos para la salud con los cigarrillos convencionales y; (3) recomendar medidas preventivas. Se identificaron artículos en inglés a través de una búsqueda informatizada en MEDLINE (1966-1998) utilizando el término «bidi», «beedi», «beedie», «biri» y de forma manual para cotejar toda la información disponible y presentar un perfil epidemiológico descriptivo. Se encontró que la prevalencia del consumo de bidi era del 21 al 56% entre los hombres de los países del sur de Asia, con muy poca información disponible sobre las mujeres. Las concentraciones de nicotina, alquitrán y otros agentes tóxicos en el humo son mayores en el caso del bidi que en el de otros cigarrillos. También se considera que fumar bidi provoca una inhalación de nicotina y alquitrán entre dos y tres veces mayor que la de los cigarrillos convencionales, debido a la escasa combustibilidad de la envoltura del bidi y a la mayor frecuencia de las caladas necesarias para mantenerlo encendido. También se ha demostrado que, en comparación con otros cigarrillos, el bidi tiene una mayor proporción de probabilidades, aunque no sea estadísticamente significativa, de padecer diversas enfermedades cancerígenas y crónicas. Dado que el bidi se lía a mano, los trabajadores empleados en las fábricas de bidi corren el riesgo de desarrollar afecciones cancerosas debido a la exposición al polvo y las escamas de tabaco. Sugerimos que las campañas antitabaco se dirijan a los fumadores de bidi de todos los países del sur de Asia. La mayoría de los fumadores de bidi son analfabetos y están desnutridos, lo que los hace más vulnerables a la morbilidad y la mortalidad relacionadas con el tabaquismo. Al mismo tiempo, deben tomarse medidas para que el bidi sea menos dañino y para que se produzca a máquina con el fin de reducir la toxicidad relacionada con la exposición entre los trabajadores de la producción de bidi.