El glóbulo rojo, también llamado eritrocito, componente celular de la sangre, del que hay millones en la circulación de los vertebrados que dan a la sangre su color característico y transportan el oxígeno de los pulmones a los tejidos. El glóbulo rojo humano maduro es pequeño, redondo y bicóncavo; de perfil tiene forma de campana. La célula es flexible y adopta una forma de campana al pasar por vasos sanguíneos extremadamente pequeños. Está cubierta por una membrana compuesta de lípidos y proteínas, carece de núcleo y contiene hemoglobina, una proteína roja rica en hierro que fija el oxígeno.
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El glóbulo rojo se desarrolla en la médula ósea en varias etapas: a partir de un hemocitoblasto, una célula multipotencial en el mesénquima, se convierte en un eritroblasto (normoblasto); durante dos a cinco días de desarrollo, el eritroblasto se llena gradualmente de hemoglobina y desaparecen su núcleo y sus mitocondrias (partículas en el citoplasma que proporcionan energía a la célula). En una fase tardía, la célula recibe el nombre de reticulocito, que finalmente se convierte en un glóbulo rojo completamente maduro. El glóbulo rojo medio en el ser humano vive entre 100 y 120 días; hay unos 5,2 millones de glóbulos rojos por milímetro cúbico de sangre en el ser humano adulto.
Aunque los glóbulos rojos suelen ser redondos, una pequeña proporción son ovalados en la persona normal, y en ciertos estados hereditarios una proporción mayor puede ser ovalada. Algunas enfermedades también presentan glóbulos rojos de forma anormal, por ejemplo, ovalados en la anemia perniciosa, en forma de media luna en la anemia de células falciformes y con proyecciones que dan un aspecto espinoso en el trastorno hereditario de la acantocitosis. El número de glóbulos rojos y la cantidad de hemoglobina varían entre los distintos individuos y en diferentes condiciones; el número es mayor, por ejemplo, en las personas que viven a gran altitud y en la enfermedad policitemia. Al nacer, el recuento de glóbulos rojos es elevado; desciende poco después del nacimiento y aumenta gradualmente hasta alcanzar el nivel de los adultos en la pubertad.