Fuentes y sumideros de compuestos orgánicos bromados

Los compuestos orgánicos bromados son emitidos a la atmósfera por una variedad de fuentes naturales y antropogénicas. El bromuro de metilo, CH3Br, es el compuesto organobromado más abundante que se emite a la atmósfera, aunque otros, como el dibromometano y el clorobromometano, también pueden contribuir de forma significativa (por ejemplo, véase Kourtidis et al., 1996). Los halones, especialmente el CF2ClBr (Halon-1211) y el CF3Br (Halon-1301), se utilizan como supresores de incendios en situaciones en las que el uso de agua no es apropiado (por ejemplo, alrededor de equipos electrónicos y en aviones civiles; Freemantle, 1995). El sistema de numeración de los halones sigue el siguiente orden: #C, #F, #Cl y #Br, donde # indica el número de cada tipo de átomo en la molécula; cuando no hay cloro en el compuesto, se utiliza un cero en la tercera posición. Así, C2F4Br2, por ejemplo, es Halón-2402 (O’Sullivan, 1989).

La Tabla 12.6 muestra una estimación de las emisiones de Halón-1211 y Halón-1301 a la atmósfera desde 1963 hasta 1990 (McCulloch, 1992). La tabla 12.7 presenta la estimación de la OMM de 1995 de las fuentes de bromuro de metilo, tanto naturales como antropogénicas (que son de magnitud casi igual). A pesar de que compuestos como el bromuro de metilo y el clorobromometano pueden ser eliminados por reacción con el OH en la troposfera (por ejemplo, Orkin et al., 1997), mientras que los halones no pueden, las emisiones de bromuro de metilo en particular son de una magnitud suficiente como para que algo de CH3Br llegue a la estratosfera. Un conjunto de mediciones de los perfiles verticales de CH3Br, CH2Br2, Halon-1211 y Halon-1301 sugiere que el CH3Br es responsable de ∼55-70% del bromo transportado a la estratosfera por estos compuestos (Kourtidis et al., 1998).

TABLE 12.6. Emisiones mundiales anuales estimadas de Halon-1211 (CF2ClBr) y Halon-1301 (CF3Br) desde 1963 hasta 1990a (en 106 kg/año)a

1975

1980

Año Halon-1211 Halon-1301
1963 0.033 0.004
1970 0,832 0,072 2,5 0,73
4,6 1,8 1985 8.9 5,1 1990 9,5 3,0

a De McCulloch (1992).

Tabla 12.7. Emisiones anuales estimadas de CH3Bra

Fuente

Fines estructurales

.

Mejores estimaciones
Rango (106 kg/año) Antropogénico (106 kg/año) Natural (106 kg/año)
Océano 60-160 0 90
Agricultura 20-60 35 0
Quema de biomasa 10-50 25 5
Aditivos de la gasolina 0.5-22 1-15 0
4 0
Emisiones industriales 2 2 0
Totales 97-298 67-81 95

a De la Organización Meteorológica Mundial (1995); véase el documento de 1999 para su actualización.

El bromuro de metilo se utiliza como fumigante para los suelos (el uso agrícola que se muestra en la Tabla 12.7) y los envíos de frutas y verduras, así como para los edificios para el control de las termitas (que se muestra como «fines estructurales» en la Tabla 12.7). Se liberan grandes cantidades durante la quema de biomasa (por ejemplo, véase Manö y Andreae, 1994; Cicerone, 1994) y pequeñas cantidades por la combustión de gasolina con plomo que contiene aditivos de bromo (por ejemplo, Thomas et al., 1997; Chen et al., 1999). También se han reportado emisiones de plantas terrestres superiores (Gan et al., 1998).

Como se indica en los rangos de la Tabla 12.7, existen incertidumbres significativas asociadas a estas estimaciones (WMO, 1995; Butler, 1995). Por ejemplo, el bromo procedente de los aditivos de la gasolina surge del uso de dibromuro de etileno en la gasolina con plomo para evitar la acumulación de depósitos de plomo en el motor. Un porcentaje significativo de este bromo se emite en forma de CH3Br, así como en forma de partículas. Con la introducción de los convertidores catalíticos en los automóviles, y la consiguiente eliminación del plomo, que envenena los catalizadores, el uso del dibromuro de etileno también ha disminuido. Sin embargo, en muchas regiones del mundo siguen produciéndose emisiones por el uso continuado de gasolinas con plomo. Thomas et al., (1997) han examinado la probable disminución de las emisiones de CH3Br procedentes de la combustión de la gasolina entre 1984 y 1992 y el aumento de las mismas debido a su uso como fumigante agrícola. Llegan a la conclusión de que, dentro de una gran incertidumbre, es posible que gran parte del aumento del uso agrícola haya sido contrarrestado por la disminución de las emisiones asociadas a la combustión de gasolina.

Una gran incertidumbre está asociada a la fuente oceánica, que, dada la magnitud potencial de su contribución, es una clave importante para comprender su papel en la determinación de las concentraciones de bromuro de metilo en la atmósfera. Los procesos biológicos que no se conocen bien producen CH3Br. Sin embargo, el océano también actúa como sumidero de CH3Br, que se hidroliza y también reacciona mediante un desplazamiento nucleofílico con Cl- (Elliott y Rowland, 1993; Butler, 1994; Lobert et al., 1995; Jeffers y Wolfe, 1996; Yvon y Butler, 1996; Yvon-Lewis y Butler, 1997). Como resultado del equilibrio de estos dos efectos, es decir, la producción y la absorción, las reducciones de las emisiones antropogénicas pueden no reflejarse linealmente en un cambio correspondiente en las concentraciones atmosféricas (Butler, 1994).

El hecho de que predomine la producción o la destrucción depende de una serie de factores, entre los que se incluyen la temperatura y la tasa de producción biológica de CH3Br. Como resultado, el océano puede servir como fuente neta o como sumidero neto, dependiendo de las condiciones (por ejemplo, véase Anbar et al., 1996; y Pilinis et al., 1996).

La cantidad de CH3Br que se aplica a los suelos como fumigante y que escapa a la atmósfera también es incierta. Por ejemplo, Cicerone y sus colaboradores (Yagi et al., 1993, 1995) midieron un rango del 34 al 87% del bromuro de metilo aplicado a un campo que escapó a la atmósfera. Dado que aproximadamente el 80% del uso de CH3Br sintético se debe a la fumigación del suelo (Shorter et al., 1995), estas variaciones son significativas para evaluar con precisión el presupuesto de bromuro de metilo. Se ha sugerido, basándose en experimentos de campo, que las emisiones de la fumigación del suelo podrían reducirse a niveles muy bajos cubriendo el suelo con una película impermeable, o casi, al CH3Br (Yates et al., 1998).

Se sabe que los procesos bacterianos en los suelos actúan como un sumidero de CH3Br (Oremland et al., 1994a, 1994b; Shorter et al., 1995; Serça et al., 1998; Varner et al., 1999). Sin embargo, dado que la magnitud depende de diversos factores, como el tipo de suelo, el contenido de humedad, la temperatura, etc., no es fácil hacer una extrapolación precisa a escala global, con estimaciones de ∼42 ± 32 Gg/año (Shorter et al., 1995) a 94 ± 54 Gg/año (Serça et al., 1998). También se ha observado la absorción por el follaje de las plantas y se ha sugerido que es del mismo orden de magnitud que la de los suelos (Jeffers et al., 1998).

Probablemente la parte más conocida del presupuesto de CH3Br es la eliminación por reacción con OH (por ejemplo, Wingenter et al., 1998). La constante de velocidad para la reacción (51),

(51)OH+CH3Br→CH2Br+H2O,

a 298 K es k51 = 2,9 × 10-14 cm3 molécula-1 s-1, lo que da un tiempo de vida calculado con respecto a la reacción con OH a una concentración de 5 × 105 radicales cm-3 de 2,2 años. Sin embargo, dado que también es absorbido por los suelos y la hidrólisis oceánica, el tiempo de vida atmosférico es menor que éste, 0,8 ± 0,1 años (Colman et al., 1998; Ko et al., 1998). No obstante, hay que tener en cuenta que la respuesta del bromo que ya se encuentra en la estratosfera inferior es más lenta, por lo que la recuperación del ozono en respuesta a las reducciones superficiales tarda mucho más que esto (Prather, 1997).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *