Las Pilsners están entre las cervezas más difíciles de elaborar. Su tono dorado, su claridad brillante, su sabor sutil y su acabado crujiente ponen en evidencia hasta el más mínimo fallo en el proceso de elaboración. Además, este estilo requiere una larga y costosa crianza en frío antes de su envasado. La mayoría de las cervecerías artesanales jóvenes evitan por completo los estilos lager para centrarse en las ales de fermentación más rápida. Sin embargo, con el paso de los años, las cervecerías artesanales empezaron a aceptar el reto y hoy en día elaboran ejemplos que están a la altura de las marcas más veneradas del viejo mundo.
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La pilsner es uno de los estilos de cerveza más estrechamente definidos, por lo que las grandes versiones suelen ser una muestra de técnica más que de creatividad. Sin embargo, todavía hay espacio para que los cerveceros se expresen, y con el tiempo han surgido variaciones regionales. El estilo checo o bohemio es el original y ofrece el más pronunciado sabor a malta granulada y craquelada con un amargor suave y floral. Los estilos alemán y bávaro tienden a enfatizar el amargor y el sabor picante del lúpulo. Los cerveceros artesanales estadounidenses toman prestados libremente ambos enfoques y le dan un toque más personal (normalmente más lúpulo) al estilo. ¡Aquí están los que vale la pena buscar.
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