En Guatemala hay 25 lenguas con estatus de protección, incluyendo el español, 22 lenguas mayas y otras dos lenguas indígenas: el garífuna y el xinca. Aunque el español es la lengua oficial, como parte de los acuerdos de paz que pusieron fin a 36 años de conflicto armado interno, las comunidades indígenas lucharon y obtuvieron el reconocimiento oficial de su derecho a hablar sus propias lenguas. Aunque sobre el papel se han logrado grandes avances, la realidad es que las personas que hablan sus propias lenguas en lugar del español siguen siendo objeto de exclusión y discriminación. Algunas de las lenguas más habladas por los indígenas mayas en Estados Unidos son:
- K’iche’ (aproximadamente 2.3 millones de hablantes en Guatemala)
- Mam (aproximadamente 500,000 mil hablantes en Guatemala)
- Ixil (aproximadamente 140,000 mil hablantes en Guatemala)
- Q’eqchi’ (aproximadamente 800,000 mil hablantes en Guatemala)
Las siguientes organizaciones tienen grandes recursos sobre las lenguas indígenas, y pueden tener recursos útiles para los maestros, los proveedores de cuidado de crianza, y otros proveedores de servicios sociales que trabajan con los hablantes de lenguas indígenas que están aprendiendo español y/o inglés.
- Popol Mayab’ es un sitio web que publica regularmente recursos sobre la lengua y la cultura maya, y también está activo en facebook. Desde PDFs descargables de diccionarios de lengua española-indígena hasta estupendas infografías, es un gran recurso.
- Academia de Lenguas Mayas de Guatemala. Esta organización tiene muchos proyectos lingüísticos en las comunidades indígenas de Guatemala, incluyendo Diccionarios Hablados en línea y páginas de Facebook para cada una de las 22 lenguas mayas.
- Fundación Proyecto Lingüístico Francisco Marroquín. Esta organización y escuela de idiomas publica desde hace décadas diccionarios bilingües y guías gramaticales.
Si ha llegado a este sitio buscando un intérprete, le sugerimos que se ponga en contacto con una organización dirigida por indígenas. Por favor, reconozca también que, en aras de la justicia, si trabaja con un número importante de hablantes de lenguas indígenas, debería incluir en su presupuesto ordinario el coste de pagar una interpretación de calidad, y si trabaja con un número menor, debería también establecer un protocolo regular para garantizar que se satisfacen las necesidades lingüísticas de sus clientes.