Las personas diagnosticadas de diabetes deben tener cuidado con las complicaciones de la piel, una de las cuales son las ampollas diabéticas, también llamadas bullas diabéticas o bullosis diabeticorum.
Las ampollas diabéticas tienen un aspecto similar al de las ampollas por quemaduras. Suelen aparecer en los antebrazos, las manos, los dedos de las manos, las piernas, los pies o los dedos de los pies y aparecen en personas cuyos niveles de azúcar en sangre están descontrolados. Las ampollas suelen ser indoloras y se curan solas. Sin embargo, la aparición de ampollas diabéticas puede, comprensiblemente, ser una experiencia estresante para cualquiera, por lo que desglosamos lo que necesitas saber sobre las ampollas diabéticas en este artículo.
Cómo identificar las ampollas diabéticas
Las ampollas diabéticas pueden tener un tamaño de hasta 15 centímetros, y contienen un líquido claro y estéril. También es raro descubrir una sola lesión; las ampollas diabéticas suelen aparecer en racimos o de forma bilateral. La piel que rodea las ampollas no suele estar hinchada ni enrojecida. Si las ampollas pican, acuda al médico de inmediato.
Tratamiento de las ampollas diabéticas
Se sabe que las ampollas diabéticas se curan en dos o cinco semanas sin intervención. Sin embargo, con el riesgo y la posibilidad de ulceración que presenta la diabetes, lo mejor es acudir a un dermatólogo que pueda descartar afecciones cutáneas graves.
Evite perforar cualquier ampolla para evitar más lesiones; cubra las ampollas con vendas para protegerlas de los elementos externos. Si las ampollas son grandes, su médico puede querer drenar el líquido. Al hacerlo, mantendrá su piel intacta, que actuará como cubierta de la herida.
Mientras espera el proceso natural de curación, puede ayudar a tratar las ampollas utilizando una pomada o crema antibiótica. Sin embargo, si experimenta un fuerte picor, acuda a su médico de inmediato; es posible que le recete una crema con esteroides para aliviar el picor.
Otra forma segura de acelerar la curación es controlando su nivel de azúcar en sangre y asegurándose de que es estable.
Cómo prevenir las ampollas diabéticas
Las personas con diabetes son propensas a desarrollar neuropatía -daño nervioso que suele afectar a las piernas y los pies-. Esta es la principal razón por la que la mayoría de los diabéticos no notan las lesiones y ampollas en las piernas o los pies. Si le han diagnosticado neuropatía, esté atento al estado de su piel.
Asegúrese de poner en práctica un régimen de cuidado diario de los pies. Revise sus pies cuidadosamente todos los días-utilice una lupa si es necesario. Lleve siempre zapatos y calcetines para proteger sus pies de lesiones o de cualquier complicación. Y, en la medida de lo posible, evite el calzado incómodo, especialmente los zapatos apretados. Si tiene que estrenar calzado nuevo, hágalo lentamente para evitar lesiones.
Use guantes cuando utilice equipos de cocina o jardinería. Además, aplique protector solar a diario y limite la exposición al sol.
Cuándo acudir a su médico
Debido a que las ampollas diabéticas suelen ser indoloras, es fácil encogerse de hombros y optar por no visitar a su médico. Sin embargo, dado que las ampollas a veces pueden provocar una infección secundaria, es mejor acudir a un médico antes de que se convierta en una emergencia. Cuando notes hinchazón, enrojecimiento, dolor, calor que emana de las lesiones y fiebre que se desarrolla junto con los síntomas mencionados anteriormente, ponte en contacto con tu médico lo antes posible.
¿Has lidiado antes con las ampollas diabéticas? Qué hiciste para tratarlas/gestionarlas?