Lo que hay que saber sobre Sean Conley, el médico de la Casa Blanca

Los médicos dijeron que el señor Trump recibió oxígeno en la Casa Blanca el viernes, pero no aclararon si se lo volvieron a administrar el sábado.

«No quería dar ninguna información que pudiera orientar el curso de la enfermedad en otra dirección, y al hacerlo, ya sabes, dio la impresión de que estábamos tratando de ocultar algo, lo que no era necesariamente cierto», dijo el doctor Conley. «El hecho es que está muy bien».

El puesto de médico de la Casa Blanca existe desde hace más de 100 años

La Casa Blanca ha empleado a médicos regulares desde al menos 1898, cuando el presidente William McKinley contrató a un médico de la Marina, Presley Rixey. Éste atendió al Sr. McKinley y a su esposa, dijo Ludwig M. Deppisch, historiador de la medicina y autor de «The White House Physician: A History From Washington to George W. Bush» (El médico de la Casa Blanca: una historia desde Washington hasta George W. Bush). Pero la función del médico de la Casa Blanca tal y como existe hoy, un puesto gubernamental permanente para un médico responsable de vigilar la salud del presidente de forma continuada, no fue consagrada por el Congreso hasta 1928, momento en el que la función se había profesionalizado más, escribió.

La Casa Blanca cuenta ahora también con una sólida unidad médica que incluye a otros médicos y enfermeras responsables del bienestar del presidente, el vicepresidente y el personal de la Casa Blanca.

El doctor Daniel A. Ruge fue el médico de la Casa Blanca que tomó decisiones cruciales tras el tiroteo del presidente Ronald Reagan en 1981. Doce días después del tiroteo, el Sr. Reagan regresó a la Casa Blanca. Muchos médicos atribuyeron la recuperación del Sr. Reagan, si no su supervivencia, a la decisión del Dr. Ruge de no alterar la rutina del hospital.

En otras ocasiones, el cargo de médico de la Casa Blanca se ha visto complicado por intereses políticos. Por ejemplo, el médico de Woodrow Wilson ocultó al Congreso y a la opinión pública estadounidense la gravedad de la apoplejía que sufrió el presidente poco después de la Primera Guerra Mundial, lo que tuvo repercusiones en la capacidad de la nación para entablar relaciones exteriores.

Concepción de León colaboró con la información.

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