Mantial caliente, también llamado manantial termal, manantial con agua a temperaturas sustancialmente más altas que la temperatura del aire de la región circundante. La mayoría de las fuentes termales descargan agua subterránea calentada por intrusiones poco profundas de magma (roca fundida) en zonas volcánicas. Sin embargo, algunas fuentes termales no están relacionadas con la actividad volcánica. En estos casos, el agua se calienta por circulación convectiva: las aguas subterráneas que se filtran hacia abajo alcanzan profundidades de un kilómetro o más, donde la temperatura de las rocas es alta debido al gradiente de temperatura normal de la corteza terrestre: unos 30 °C (54 °F) por kilómetro en los primeros 10 km (6 millas).
Muchos de los colores de las aguas termales son causados por microorganismos termófilos (amantes del calor), que incluyen ciertos tipos de bacterias, como las cianobacterias, y especies de arqueas y algas. Muchos organismos termófilos crecen en enormes colonias denominadas esteras que forman las vistosas escorias y limos en las laderas de las aguas termales. Los microorganismos que crecen en las aguas termales obtienen su energía de diversas sustancias químicas y metales; entre las posibles fuentes de energía se encuentran el hidrógeno molecular, los sulfuros disueltos, el metano, el hierro, el amoníaco y el arsénico. Además de la geoquímica, la temperatura y el pH de las aguas termales desempeñan un papel fundamental a la hora de determinar los organismos que las habitan.
Los ejemplos de microorganismos termófilos que se encuentran en las aguas termales incluyen bacterias del género Sulfolobus, que pueden crecer a temperaturas de hasta 90 °C (194 °F), Hydrogenobacter, que crecen de forma óptima a temperaturas de 85 °C (185 °F), y Thermocrinis, que crecen de forma óptima a temperaturas de 80 °C (176 °F). Las algas termófilas de las fuentes termales son más abundantes a temperaturas de 55 °C (131 °F) o inferiores.
Las fuentes termales liberan una enorme cantidad de calor y se han desarrollado diversas aplicaciones de esta energía geotérmica. En algunas zonas, los edificios e invernaderos se calientan con agua bombeada de las fuentes termales.
Un tipo de manantial caliente conocido como géiser arroja chorros intermitentes de agua y vapor.