Aquí tienes una nueva forma de ver este problema: no es que tu hijo se despierte más a menudo que otros niños pequeños -o incluso adultos-. Es que no sabe cómo volver a dormirse sin su ayuda.
Todos nos despertamos en medio de la noche. Estos despertares nocturnos suelen ser tan breves que no los recordamos por la mañana. Pero de vez en cuando, algo nos hace tener problemas para volver a dormir – entonces damos vueltas en la cama, tomamos un vaso de agua, o intentamos leer o ver la televisión.
Esta es la situación de tu hijo pequeño, excepto que lo que quiere para ayudarle a dormirse de nuevo eres tú. Por eso tienes que enseñarle a hacerlo por sí mismo.
He comprobado que los niños pequeños suelen tener problemas para volver a dormirse porque su rutina normal a la hora de dormir consta de muchos elementos. Si normalmente coge a su hijo, lo mece, le da de comer, le da unas palmaditas en la espalda, le lee unos cuantos libros y luego le dice «buenas noches» a todos sus peluches antes de que se vaya a la cama, ¡tiene una rutina maratoniana para irse a dormir!
Pero un problema aún mayor es la forma en que esta rutina prepara a su hijo para tener dificultades con el «autocalentamiento». Si está acostumbrado a un elaborado ritual para ayudarle a dormirse a la hora de dormir, aprenderá a esperar e incluso a necesitar la misma cantidad de atención por su parte para volver a dormirse en mitad de la noche.
Aquí tiene dos pasos para ayudar a remediar la situación:
Empiece a ponerle en su cuna cuando tenga sueño pero esté todavía despierto. No tranquilice a su hijo hasta que se duerma con el ritual de la hora de acostarse – mantenga el ritual relativamente corto y dulce, y póngalo en su cuna somnoliento. Es probable que al principio llore mucho y se aferre a la cuna, pero si la controla cada 15 minutos, en pocas noches debería empezar a dormirse rápidamente a la hora de acostarse.
Déle un «objeto de transición» para dormir. Este objeto reconfortante, también llamado «chupete», puede ser un chupete, un oso de peluche o una manta. Le ayudará a pasar de necesitarte a ti por la noche a necesitar su peluche, hasta que finalmente no necesite a nadie ni a nada que le ayude a conciliar el sueño.
A los 15 meses, tu hijo es lo suficientemente mayor como para que le expliques por qué le das un peluche: «Este es tu nuevo peluche. Es perfecto para abrazarlo y sostenerlo mientras te duermes».
Una nota importante: un televisor no es un objeto de transición para un niño, sólo lo estimulará.
Aprenda más sobre cómo establecer hábitos de sueño saludables en niños de 12 a 18 meses y de 18 a 24 meses.