El agente de narcóticos encubierto Nick Tellis persigue a un traficante de drogas por las calles de Detroit. Tellis dispara y mata al traficante cuando éste tiene como rehén a un niño, pero una bala perdida alcanza a la madre embarazada del niño, provocándole un aborto. Dieciocho meses después, Tellis recibe el encargo de investigar el asesinato de un agente encubierto, Michael Calvess. Tellis acepta a regañadientes aceptar el caso con dos condiciones: que obtendrá un trabajo de oficina si consigue una condena, y que se asocie con el detective Henry Oak, sobre el que Tellis ha leído en el expediente del caso Calvess. El jefe de policía acepta las condiciones de Tellis, pero le advierte sobre la inestabilidad de Oak.

Durante su primer encuentro, Oak le revela a Tellis su creencia de que el departamento quiere que el caso Calvess quede enterrado y que todo se trata de política. Los detectives visitan la escena en la que un traficante de drogas ha sido asesinado a tiros en su bañera, por lo que Tellis supone que la muerte fue accidental. Tellis observa que la escopeta que se encuentra en la escena es un arma del SWAT con el número de serie limado.

Mientras los compañeros tienen una discusión sobre la familia, Oak recuerda una redada de drogas realizada décadas atrás, en la que encontró a una niña de 10 años que estaba siendo vendida para la prostitución por su padrastro, lo que provocó que Oak golpeara al hombre; ve paralelismos con el caso actual. Tellis visita a la viuda de Calvess, Kathryn, y le pregunta por la relación que mantenía con su marido mientras estaba en la calle. Oak, que protege a la familia de Calvess, se presenta en la casa y se enfrenta airadamente a Tellis.

Los detectives visitan a continuación la casa de un hombre implicado en el tiroteo de Tellis. Aunque no encuentran ninguna prueba que sugiera que haya asesinado a Calvess, encuentran la placa de otro agente en el lugar. El hombre saca una pistola y hiere a Tellis antes de que Oak lo mate en defensa propia. Se determina que el asaltante del caso es el asesino de Calvess y se cierra el caso. Sin embargo, Tellis y Oak están furiosos ya que creen que aún no se ha encontrado al asesino, y continúan investigando de forma independiente.

Cuando los detectives visitan un taller de chapa y pintura, Oak intenta forzar una confesión de un par de sospechosos. Tellis sospecha cada vez más de las tácticas de Oak. Oak encuentra armas de fuego de la policía en el coche de uno de los sospechosos, incluyendo una que pertenecía a Calvess. Golpea a ambos hombres hasta que Tellis le dice que saque las herramientas de CSI del coche.

Cuando Oak sale de la habitación, Tellis cierra la puerta con llave y pide la verdad a los sospechosos. Le explican que Calvess, que había caído en la adicción a las drogas, le descubrió la tapadera a Tellis dieciocho meses antes y provocó el tiroteo. El día del asesinato, Calvess intentó negociar con los dos traficantes, pero le fue mal.

Llega Oak, que había seguido a Calvess para confirmar los rumores de que era un adicto. Calvess fue a por su arma, que fue la justificación de los traficantes para atacarle. Los dos hombres huyeron mientras Oak les disparaba. Tellis se enfrenta a Oak y le acusa de haber asesinado a Calvess, lo que Oak niega. Tellis plantea entonces el tema de la relación de Oaks con la esposa de Calvess, Kathryn.

Kathryn era la niña de diez años que fue prostituida por su padrastro. Oak la considera la hija que nunca tuvo, y ha permanecido cerca de ella. La ha protegido encubriendo los delitos que cometió en su adolescencia. Tellis le dice a Oak que hará el arresto, y Oak le golpea con la escopeta, y reanuda la brutalización de los traficantes.

Enciende la grabadora e intenta sacar una confesión a golpes de los hombres, amenazando con dispararles. Tellis irrumpe en su coche, recupera una pistola, pide refuerzos y vuelve a entrar en el edificio. Dispara a Oak cuando éste se niega a bajar el arma. Tellis se desplaza para ayudar a Oak y, al darse cuenta de que se está muriendo, le ruega que le diga la verdad de lo que ocurrió la noche en que murió Calvess.

Oak explica que Calvess disparó a los traficantes cuando huían de Oak, dejándoles la herida del hombro. Oak discutió con él, explicándole que ya estaba harto de defender a Calvess y que lo entregaría al departamento. Desesperado, Calvess cogió su pistola y se disparó. Oak había estado protegiendo su nombre y su familia, para que la esposa de Calvess pudiera recibir su pensión. El motivo de Oak era condenar a los traficantes que, según él, habían convertido a Mike en un drogadicto. Oak muere en los brazos de Tellis, dejando la confesión grabada, y a Tellis con sólo unos momentos para decidir qué hacer con ella.

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