El papiamento, también deletreado como papiamento, es una lengua criolla basada en el portugués pero muy influenciada por el español. A principios del siglo XXI, lo hablaban unas 250.000 personas, principalmente en las islas caribeñas de Curazao, Aruba y Bonaire. Es una lengua oficial de Curazao y Aruba.
El papiamento se desarrolló en Curazao después de que los Países Bajos tomaran la isla de España en 1634. En 1659, tras ser expulsados de Brasil, varios colonos holandeses de habla portuguesa y sus aliados judíos sefardíes emigraron a Curazao. Llevaron consigo no sólo sus esclavos, sino también una lengua vernácula portuguesa. Si esta lengua vernácula aún no se calificaba de criolla, lo haría en las décadas siguientes, tras ser apropiada y modificada por los esclavos africanos que se importaban continuamente a la isla, que se utilizaba como centro de comercio de esclavos o «depósito de esclavos». El aumento de los contactos con los compradores de esclavos hispanohablantes de la América del Sur continental introdujo un elemento español en el papiamento, que entonces se estaba desarrollando. Al parecer, durante el siglo XVIII el criollo se extendió a las islas hermanas de Curaçao, Aruba y Bonaire.
Debido a las similitudes estructurales entre el portugués y el español, que dificultan la distinción de sus respectivas influencias, el papiamento suele identificarse simplemente como un criollo ibérico. Es uno de los raros criollos atlánticos que utilizan claramente los tonos para los contrastes léxicos (vocabulario) y gramaticales, como en pápà ‘papa’ frente a pàpá ‘papá’ o biáhà ‘viaje’ (sustantivo) frente a biàhá ‘viajar’, en los que el acento agudo representa el tono alto y el grave el tono bajo. El papiamento es también uno de los pocos criollos caribeños que se han integrado bien en los sistemas de enseñanza primaria y secundaria y en los medios de comunicación, así como en la vida política de las islas.