¿Quién es San Bede?
El siglo VIII de la historia de Inglaterra nos es más conocido por los escritos del Venerable San Bede. Aunque sólo fuera por el valor de su historia de la Inglaterra sajona, la contribución de San Bede al mundo del conocimiento sería formidable. Fue estimado como el más valioso historiador contemporáneo de su tiempo. Sin embargo, sus contribuciones se extendieron a muchos otros campos del saber: a las matemáticas, la filosofía, la música, la hagiografía y las Escrituras. Así, en su época, fue aclamado como el hombre más erudito, no sólo de Inglaterra, sino de toda Europa. Esta misma aclamación le fue concedida por la Iglesia cuando fue proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa León III a finales del siglo XVIII. Esto no fue más que la culminación de los honores y el respeto que se le concedieron durante los mil años transcurridos.
San Bede entró en el monasterio de Wearmouth a la edad de siete años. Permaneció en Wearmouth alrededor de un año hasta la fundación de un segundo monasterio. San Bede se trasladó al monasterio de Jarrow, donde pasó el resto de su vida.
A la edad de diecinueve años, San Bede fue ordenado diácono, algo extraordinario ya que la edad canónica era de veinticinco años. Para entonces, ya mostraba algo de su capacidad como maestro y fue encargado de la educación de los niños oblatos y de los monjes más jóvenes. En el momento de su ordenación sacerdotal, en el año 703, ya estaba ocupado con lo que iba a ser su principal interés: la historia de la versión de su propio pueblo y las vidas de los santos de la primitiva Iglesia inglesa.
El título de santidad de San Beda no residía en ninguna hazaña extraordinaria, sino en una vida oculta en el claustro y dedicada totalmente a la búsqueda de la verdad y el conocimiento de Dios, la fuente de toda verdad y todo conocimiento. Esta búsqueda no era para él un fin en sí mismo, sino un medio para acercarse más a Dios y llevar a otros a Dios con él.
San Bede tenía 62 años cuando murió. La estatua de San Beda que se encuentra en el vestíbulo de nuestro centro parroquial lo representa en la plenitud de su vida. La mano derecha de San Beda está levantada en señal de bendición – era un sacerdote. El pergamino representa su actividad literaria. El guante representa su erudición histórica.