Por cierto, doctor: ¿Por qué bostezo cuando hago ejercicio?

Actualizado: 20 de agosto de 2019

Publicado: Diciembre, 2007

Preguntas. Tengo 40 años y desde hace unos años empiezo a bostezar cada vez que hago un entrenamiento aeróbico intenso. ¿Debería preocuparme el bostezo durante el ejercicio?

A. Solemos pensar en los bostezos como un signo de somnolencia o aburrimiento, pero los expertos dicen que eso no es todo. Es cierto que tendemos a bostezar hacia la hora de acostarnos cuando tenemos sueño, pero también bostezamos por la mañana cuando nos levantamos. Los deportistas bostezan antes de competir, un momento que no se asocia con el aburrimiento o la somnolencia. Y bostezamos en respuesta a ver a otra persona bostezar, aunque no tengamos sueño ni estemos aburridos.

El bostezo es una acción semivoluntaria -en parte un reflejo- que está bajo el control de varios neurotransmisores en una parte del cerebro llamada hipotálamo. Todos los vertebrados bostezan y, en el caso de los humanos, el bostezo comienza a las 12 semanas de la concepción. Sabemos que el bostezo distribuye surfactante, una sustancia bioquímica que recubre los diminutos sacos de aire (alvéolos) de los pulmones, ayudando a mantenerlos abiertos. Así que el bostezo en los fetos puede ayudarles a prepararse para la vida fuera del útero.

Una teoría novedosa es que el bostezo enfría el cerebro, ayudando a mantenerlo a la temperatura adecuada para un funcionamiento óptimo. En un antiguo estudio publicado en la revista Evolutionary Psychology, los investigadores informaron de que los sujetos que enfriaban sus cerebros respirando por la nariz o sujetando compresas frías en la frente -estrategias de enfriamiento cerebral probadas- eran menos propensos a bostezar cuando se les mostraban vídeos de otras personas bostezando.

No hay una explicación definitiva para el bostezo durante el ejercicio. Tal vez tus alvéolos necesitan un impulso para mantenerse abiertos. O tal vez tu cerebro necesita refrescarse para mantenerse alerta. O puede ser simplemente un reflejo. Cualquiera que sea el caso, probablemente no hay razón para preocuparse por ello, y debe seguir con su ejercicio aeróbico.

– Celeste Robb-Nicholson, M.D., ex editora en jefe, Harvard Women’s Health Watch

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