Es raro el jardinero que no ha experimentado el cultivo de un pepino amargo. Pocas cosas son tan frustrantes como cuidar de sus verduras durante toda la temporada, sólo para finalmente cosecharlas y descubrir que no saben muy bien cuando las lleva a la mesa. Los pepinos son conocidos por ser prolíficos, a veces hasta el extremo. Pero, ¿de qué sirve una abundancia de pepinos si no son sabrosos?
Desgraciadamente, no se puede saber si un pepino se está volviendo amargo mientras todavía está creciendo y se tiene tiempo para hacer algo al respecto. Normalmente, el amargor está causado por alguna condición climática o del suelo que podría solucionarse fácilmente. Por eso es tan importante tomar medidas preventivas para evitar que se vuelvan amargos en primer lugar.
¿Qué hace que los pepinos sean amargos?
Todos los pepinos cultivados contienen cucurbitacina B y cucurbitacina C, compuestos que se supone que hacen que sus hojas sean amargas y menos sabrosas para los animales que las comen. Estos compuestos suelen estar confinados en las hojas y los tallos de las plantas, partes de la planta que los humanos no comen, por lo que no somos conscientes de que están ahí. Sólo cuando pasan a los frutos empezamos a detectar un sabor amargo. Por lo general, no es toda la fruta la que se vuelve amarga. Lo más habitual es que el amargor se concentre en el extremo del tallo y en la zona justo debajo de la piel.
Prevención de los pepinos amargos
Todavía hay cierto desacuerdo sobre las causas de que el amargor se extienda a los frutos, pero parece apuntar a tipos de estrés mientras los pepinos están creciendo. Así que aunque no podemos corregir el problema a posteriori, podemos intentar evitar las siguientes 3 condiciones de cultivo que son potenciales culpables de los pepinos amargos.
- Condiciones secas: Los largos períodos de clima cálido y seco pueden contribuir a los pepinos amargos. Mantenga sus pepinos bien regados para contrarrestar la tendencia a que se vuelvan amargos. Déles un remojo profundo de al menos una pulgada de agua por semana, más durante los períodos de sequía extrema. Considera la posibilidad de añadir riego por goteo para garantizar que las plantas reciban una humedad adecuada y constante. Introduce el dedo índice en la tierra a un centímetro de profundidad. Si está húmeda, no es necesario regar. Si la tierra está seca, es hora de beber. Añade mantillo a la zona que rodea las raíces cuando suban las temperaturas para ayudar a conservar la humedad del suelo y evitar las malas hierbas. Cuando las temperaturas suban a mediados de los 90, considera la posibilidad de añadir una tela de sombra para proporcionar luz filtrada a las plantas durante la parte más calurosa de la temporada de crecimiento. Las temperaturas extremadamente altas estresan a las plantas, lo que favorece el amargor.
- Suelo magro: Otro factor que influye en los pepinos amargos es el suelo magro y la falta general de nutrientes. Los pepinos se alimentan mucho, y un suelo rico en materia orgánica contribuirá en gran medida a producir pepinos menos estresados y de mejor sabor. Añade abono cuando prepares los lechos, y luego alisa las plantas a lo largo de la temporada de crecimiento. Si tu suelo no es el ideal, dale a tus pepinos un fertilizante equilibrado cada 4 o 6 semanas. Considere la posibilidad de plantar los pepinos en camas elevadas o en montículos: ambas opciones permiten que el suelo se caliente antes en la temporada, lo que ayuda a las plantas jóvenes a evitar el estrés provocado por el suelo frío. Menos estrés = menos amargura.
- Demasiada competencia: Como alimentadores pesados, a los pepinos no les gusta la competencia por el agua y los nutrientes, ya sea de otras plantas de pepino o de las malas hierbas. Mantenga el bancal libre de malas hierbas, y espacie las plantas de pepino adecuadamente al sembrar las semillas en primavera. Siembra los pepinos en espaldera o en jaula con una separación de 8 a 12 pulgadas, y aumenta la distancia para las plantas en montículo a 3 pies de distancia. Con mucho espacio para crecer y nutrientes disponibles, los pepinos bien espaciados tienden a evitar el amargor.
- Falta de sol: Las zonas nubladas, como el noroeste del Pacífico, han reportado pepinos amargos debido a la falta de sol. Una vez más, no puede controlar las horas que el sol brillará, pero puede plantar en un lugar que reciba tanto sol como la naturaleza le permita. Si el tiempo es fresco y húmedo, además de nublado, cultivar los pepinos a cubierto, como en un politúnel, ampliará el calor y la luz disponibles. En el jardín, evite plantar pepinos en zonas que queden a la sombra de cultivos más altos, a menos que viva en un clima extremadamente cálido: un poco de sombra por la tarde puede ayudar a evitar el amargor durante los días más calurosos.
Así que aunque las plantas de pepino crecen con bastante facilidad, y puede obtener una cosecha prodigiosa de un par de plantas, para obtener calidad además de cantidad, necesita proporcionarles buenas condiciones de crecimiento: mucho sol, agua regular y suelo rico.
Por último, busque variedades que se adapten bien a su zona y que estén etiquetadas como «no amargas». Algunas variedades fiables son ‘Marketmore 97’, ‘Diva’, ‘Eversweet’ (cualquier variedad con «dulce» en el nombre), ‘Long Green Improved’, y la reliquia ‘Lemon’.
Como con todas las plantas, comestibles o no, el verdadero truco para que las plantas de pepino sean sanas y productivas es investigar qué condiciones de cultivo prefiere la planta y hacer todo lo posible para proporcionárselas. Incluso unos pocos días de estrés pueden causar un efecto dominó de daños. Las plantas ornamentales probablemente se recuperarán, pero con los pepinos y otras plantas comestibles sólo tienes una oportunidad de hacerlo bien. Por eso es tan importante que se piense en la elección tanto del lugar de cultivo como de las variedades comestibles.