A menudo mientras dormimos, aunque también de día, sufrimos dolores inesperados e inexplicables en los músculos de los pies, algo que viene acompañado de un endurecimiento repentino, en lo que conocemos como calambres.
Fátima Herrera
6 de noviembre de 2019 a las 08:00h
Los calambres que se sufren con frecuencia en la zona de las piernas se deben a diferentes motivos, entre ellos la toma de algunos medicamentos o simplemente a la falta de ejercicio.
«Los calambres también pueden ser una indicación de una enfermedad tiroidea”, dice Axel Klein, especialista en ortopedia, cirugía traumatológica y medicina deportiva, además de vicepresidente de la Sociedad Alemana de Medicina Deportiva y Prevención (DGSP por sus siglas en alemán).
Según este especialista de Dresde, en Alemania, los calambres también pueden acompañar a enfermedades como la diabetes, aunque otras causas se deben a trastornos circulatorios.
Acudir con el médico de cabecera
El primer paso es acudir al médico de cabecera, quien hará las primeras preguntas para averiguar los motivos de los dolores. Si el médico de asistencia primaria no encuentra ninguna causa para los calambres, derivará al paciente a un neurólogo, quien buscará indicios de daños nerviosos o musculares.
«Es importante preguntar al paciente detalladamente para identificar la medicación o una enfermedad subyacente para poder tratar la causa de los calambres”, dice el profesor Helge Topka, director médico de la Clínica de Neurología y Neurofisiología clínica del Hospital Bogenhausen de Múnich.
Según el especialista, si no es posible identificar una causa clara de los calambres, se puede iniciar una terapia basada en los síntomas expuestos por el paciente.
Los neurólogos pueden, por ejemplo, recetar preparados de quinina para aliviar los calambres musculares independientemente del origen de los dolores.
«Pero estos medicamentos no son la solución definitiva porque pueden tener efectos secundarios graves que a veces pueden poner en peligro la salud” del paciente, dice Topka.
El magnesio ayuda, pero no cura
El consumo de suplementos dietéticos, como las tabletas de magnesio, es aceptado comúnmente como un medio para aliviar los calambres musculares.
«Se pueden probar, pero no hay evidencias científicas de que el magnesio funcione realmente”, dice el Profesor Ulrich Fölsch, especialista en Medicina interna y Gastroenterología en Kiel, en el Norte de Alemania, y secretario general de la Sociedad Alemana de Medicina Interna.
Según Topka, solo está demostrada la menor eficacia del magnesio cuando se producen calambres durante el embarazo.
Los atletas son un colectivo especialmente afectado por los calambres. «Esto se debe a que sudan durante la práctica deportiva y esto supone la pérdida de electrolitos”, explica Klein, quien propone las bebidas isotónicas como remedio, recordando que «es importante calentar bien antes de practicar deporte”.
Descanso y calor como prevención
Según el mismo Klein, los calambres en los pies también pueden tener su origen en calzado demasiado apretado o mal ajustado, independientemente de si se es deportista o no.
«Los calambres en los pies o en los dedos de los pies también pueden ser causados por cambios en las articulaciones, especialmente en mujeres y hombres mayores”, asegura Topka.
Es recomendable cuidar más los pies con tendencia a sufrir calambres. «El calor, por ejemplo, tiene un efecto agradable”, recomienda Klein, quien recomienda baños de pies con agua caliente o el uso de cojines rellenos con huesos de cereza.
Por su parte, Fölsch aconseja una rutina más sencilla y popular, «levantar las piernas”, ya que esta posición relaja tanto la circulación como los músculos.