¿Por qué tengo agujeros en las amígdalas?

Las condiciones que pueden causar que las amígdalas se inflamen incluyen:

Amigdalitis

La amigdalitis es una inflamación de las amígdalas. La mayoría de las veces está causada por infecciones virales. Las infecciones bacterianas también pueden ser las culpables. Esta afección es especialmente frecuente en niños en edad escolar y en personas que trabajan con ellos.

Los síntomas adicionales de la amigdalitis pueden incluir:

  • Amígdalas rojas e hinchadas
  • Manchas blancas o amarillas en las amígdalas
  • Dolor de garganta
  • Dolor al tragar
  • Grandes ganglios linfáticos ganglios linfáticos
  • mal aliento
  • dolor de cabeza
  • dolor de estómago
  • fiebre
    • Monucleosis

      A menudo llamada «mononucleosis» o «la enfermedad del beso,»la mononucleosis es un virus que se transmite a través de la saliva. Esta enfermedad puede provocar la inflamación de las amígdalas y puede llevar a la obstrucción de las criptas amigdalinas.

      Los síntomas de la mononucleosis incluyen:

      • fatiga
      • dolor de garganta
      • fiebre
      • dolor de cabeza
      • sarpullido en la piel
      • bazo inflamado y sensible

      Puede llevar varias semanas recuperarse de la mononucleosis.

      Garganta por estreptococo

      La garganta por estreptococo es una infección muy contagiosa causada por una bacteria estreptocócica. Es muy común entre los niños en edad escolar. La faringitis estreptocócica debe tratarse lo antes posible para evitar complicaciones como la inflamación de los riñones o la fiebre reumática.

      El síntoma revelador que envía a la mayoría de las personas al médico es el incesante dolor de garganta con picor, que suele aparecer rápidamente. Algunas personas tendrán las amígdalas hinchadas y rojas, con manchas blancas o vetas de pus en ellas.

      Otros síntomas incluyen:

      • Fiebre
      • Dolor de cabeza
      • Salpullido
      • Pequeñas manchas rojas en la parte posterior del paladar
      • Ganglios linfáticos inflamados
        • Poca higiene bucal

          Una mala higiene bucal puede proporcionar un caldo de cultivo de bacterias que pueden causar infección y amigdalitis. Si no estás haciendo un trabajo lo suficientemente bueno para mantener tu boca limpia y libre de bacterias dañinas, tus criptas amigdalinas pueden llenarse con más frecuencia de bacterias. Esto puede hacer que las amígdalas se hinchen, se inflamen y se infecten.

          Otros signos de una mala higiene bucal suelen ser el mal aliento frecuente, la acumulación o recubrimiento de placa en la lengua o los dientes y las caries recurrentes.

          Cepíllate los dientes y usa el hilo dental al menos dos veces al día, y utiliza un enjuague bucal para mantener la boca limpia.

          Las piedras en las amígdalas

          Las piedras en las amígdalas (o tonsilolitos) se producen cuando los residuos quedan atrapados en las fosas de las amígdalas y se forman en una «piedra» blanca. Estas piedras pueden crecer. También pueden causar una mayor infección en las amígdalas, empeorando los agujeros en las amígdalas.

          Otros síntomas de las piedras en las amígdalas pueden ser:

          • Mal aliento
          • Dolor de oídos
          • Dificultad para tragar
          • Tos persistente
          • Restos blancos o amarillos en la amígdala

          Fumar

          Fumar y vaping desgastan su sistema inmunológico al mismo tiempo que causan inflamación. Esto te deja susceptible a infecciones bacterianas y fúngicas, así como a la inflamación de las amígdalas.

          Fumar también está relacionado con las piedras en las amígdalas, que pueden hacer que los agujeros en tus amígdalas sean más grandes y problemáticos.

          Cáncer oral y de amígdalas

          El cáncer oral que se extiende a las amígdalas, y el cáncer de amígdalas, pueden estar asociados con agujeros en las amígdalas. A veces, el cáncer se detecta porque da lugar a una llaga en la parte posterior de la boca que no se cura.

          Otros síntomas del cáncer oral y de amígdalas son:

          • Una amígdala más grande que la otra
          • Sangre en la saliva
          • Dolor de garganta persistente
          • Dolor de boca
          • Dolor de oído intenso
          • Golpe en el cuello
          • Dolor al tragar
          • Mal aliento

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