Veamos cómo funcionan los préstamos de dinero duro en comparación con las formas más tradicionales de financiación.
Préstamo tradicional
Aunque no es una categoría formalmente definida, en este contexto «tradicional» se refiere a los préstamos que se obtienen a través de un proceso con el que la mayoría de la gente está familiarizada: solicitas un préstamo, el prestamista comprueba tu crédito y se asegura de que tienes la capacidad de devolverlo y, si determina que tus finanzas cumplen con sus estándares, te aprueban el préstamo.
Hay muchos tipos diferentes de préstamos que se engloban bajo este paraguas, como los préstamos hipotecarios, los préstamos para automóviles, los préstamos personales o los préstamos con garantía hipotecaria. Aunque normalmente es posible obtener este tipo de préstamos de prestamistas privados que no tienen los mismos requisitos que los prestamistas tradicionales, estos préstamos privados pueden ser más caros y menos ventajosos para los prestatarios porque el riesgo es mucho mayor.
Los prestamistas tradicionales examinarán a fondo su situación financiera completa, incluyendo sus ingresos, la cantidad de deuda que actualmente debe a otros prestamistas, su historial de crédito, sus otros activos (incluyendo las reservas de efectivo) y el tamaño de su pago inicial.
Estos prestamistas pasan por este proceso a veces largo para minimizar la cantidad de riesgo que asumen cuando prestan dinero a un individuo. Al asegurarse de que sus prestatarios son solventes, los prestamistas pueden ofrecer mejores tasas y en general una financiación más asequible.
Préstamo de dinero duro
Con los préstamos de dinero duro, el prestamista aprueba a un prestatario basado en el valor de la propiedad que se está comprando.
El prestamista puede hacer una rápida comprobación de su crédito o sus finanzas, pero en general, el proceso será mucho menos riguroso de lo que es con un préstamo tradicional. Esto permite que el proceso sea más rápido, por lo que los prestatarios pueden obtener su dinero en cuestión de días en lugar de semanas o incluso meses.
La desventaja de este proceso es que el prestamista asume un riesgo significativamente mayor, lo que se traduce en un préstamo más caro para el prestatario. Los préstamos de dinero duro suelen tener tipos de interés elevados, y los prestamistas pueden exigir pagos iniciales superiores a la media (aunque no siempre es así).
Los préstamos de dinero duro también suelen tener plazos de amortización cortos, a menudo de pocos años. Compárelo con las hipotecas tradicionales, que suelen tener plazos de 15 o 30 años.